A 10 mil kilómetros de Buenos Aires y bajo insólitas medidas de seguridad, River y Boca disputan hoy en Madrid el desenlace de la Copa Libertadores. Lejos quedó el primer partido en la Bombonera, el 11 de noviembre, que terminó con un ajustado 2-2, e incluso la vuelta que se iba a jugar el 24 de noviembre en el Monumental, cuando un grupo de hinchas de River atacó el micro de Boca y se aplazó la final.
Es un clásico interminable, lleno de obstáculos de todo tipo, hasta que llegó a la capital de España y el estadio del Real Madrid por mandato de la Conmebol. Argentina pasó vergüenza una vez más por los violentos del fútbol y el organismo sudamericano sacó la final del país y del continente, en una sucesión de medidas sin precedentes.
Esta decisión sorprendió a propios y extraños, ya que el traslado de una final de Copa Libertadores de América a una ciudad de Europa generó críticas y comentarios desaprobatorios de gente allegada a River, a Boca y a otros clubes.
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Como el partido de ida terminó 2-2, en caso de persistir el empate –esta vez el gol de visitante no cotiza más– habrá treinta minutos de alargue, donde los técnicos podrán hacer un cuarto cambio, y eventualmente habrá definición por penales, en la que también se aplicará el VAR.
Las dudas en River. A la hora de hablar de lo futbolístico, en River parecen estar las cosas más claras ya que el entrenador Marcelo Gallardo pondría un equipo con más presencia en el mediocampo, aunque no se descarta que coloque una defensa con cinco jugadores. El Muñeco probó dos formaciones: en una puso a Lucas Martínez Quarta, y en la otra, a Ignacio Fernández. Con Martínez Quarta sumaría gente atrás y liberaría los laterales, una de las estrategias de la final de ida. En tanto, con Fernández River tendría diversos movimientos en el medio campo, incluyendo llegada al área rival y cierta cuota de gol mientras que aún el técnico no dio a conocer si Ignacio Scocco estará entre los 18.
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Las dudas en Boca. El entrenador Guillermo Barros Schelotto juega al misterio y no reveló si pondrá un equipo con el doble 9 compuesto por Ramón Abila y Darío Benedetto o si colocará a Agustín Almendra en el medio campo. En caso de que opte por la primera opción, el que jugaría más retrasado sería Cristian Pavón, pero si decide colocar a Almendra, el propio Pavón será el que haga dupla de ataque con Abila. En las prácticas en Madrid, el técnico de Boca probó un doble nueve con Abila y Benedetto, aunque es probable que el Pipa vaya al banco.