Seguramente yo no estaba ni en los planes de mis viejos cuando a principios de los ochenta el Viejo Gasómetro era demolido. Precisamente, 10 años después, en 1991 empezaba a escuchar inconscientemente a mi viejo o a mis abuelos hablar sobre lo que era ese estadio para ellos. Tengo la suerte de tener un pedazo de esos tablones en mis manos, un regalo que me hicieron de una peña cuerva.
Lee también: San Lorenzo vuelve a Boedo después del largo exilio
Es muy loco lo que pasa por mi cabeza y por mi cuerpo cuando hablo sobre algo que no conozco y así y todo me emociona hasta las lágrimas. Volver al lugar donde uno nació significa recuperar la identidad, las historias, los partidos, las copas, los campeonatos, los colores pero sobre todas las cosas, la familia. Algo que se va pasando de generación en generación e inexplicablemente mueve montañas.
Muchos pibes de mi edad entenderán de qué estoy hablando. Solo los hinchas de San Lorenzo sabemos lo que significa volver a nuestro origen y ya no falta nada. Volvimos.
(*) Actor y fanático de San Lorenzo.