jueves 18 de abril del 2024

Más dorada que nunca, Argentina conmovió al mundo

España venció a la selección desde el primer al último minuto de la Final, pero la imagen que dejaron los argentinos es hermosa y perdurable.

442

Un grupo único con menos estrellas, el mismo corazón y una unión superior a la Generación Dorada. Sin histerias ni divas, con un capitán extraordinario y unas ganas inverosímiles de jugar entre amigos y de dejar el alma por el país, hasta sobrepasar sus propios límites y hacernos sentir mejores personas. Con un conductor que dirigió como nunca. Y con el base más mágico en la historia de la Argentina.

Ese núcleo, y todo lo que lo rodea, será recordado por muchos años, cuando los fuegos de artificio que la Final del Mundo ha dejado se apaguen y solo quede lugar para la luz que irradia este plantel que ganó la medalla de plata y para el cual el oro es un estado del alma.

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No obstante lo cual, debemos ser justos: España doblegó a Argentina (95 a 75) en todos los terrenos a los que puede llegar el análisis basquetbolístico. En el de planificación y ejecución, con un básquetbol más moderno, más ágil y más versátil, con una enorme calidad defensiva y con una jerarquía que es su marca de fábrica desde hace 15 años: cuanto más difícil sea la circunstancia, con más celeridad aparecerán sus figuras.

Y en la final esas figuras fueron Rudy Fernández -capitán y encarnación perfecta de la palabra “alero”-, Ricky Rubio, el MVP del Mundial, Sergio Llul -un tirador asesino-, los dos hermanos Hernangómez y Marc Gasol, quien no conforme con haber salido campeón de la NBA con los Toronto Raptors, cerró un torneo redondo con 14 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias, ejerciendo como cerebro y falso base desde un punto estratégico para pasar el balón: el poste alto.

Pero como explicó a 442 Miguel Volcan Sánchez, el célebre entrenador uruguayo que se formó en Estados Unidos y explotó su talento y su disciplina en las dos orillas del Río de la Plata, “esa tendencia de Gasol también sirvió para quitarles presión defensiva a los perimetrales españoles, frente a una Argentina que no tuvo picks efectivos de Campazzo y que se vio obligada a intentar lanzamientos forzados de media distancia, frente a un rival que mejoró a medida que avanzó el campeonato y que hoy controló los rebotes ofensivos y el ritmo del partido”.

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De todos modos, en la rotación tuvieron un aporte ofensivo muy interesante Nicolás Laprovíttola y Gabriel Deck. Pero, como afirma Sergio Hernández, más que perder el oro, Argentina ganó la plata. Y Volcan -que a sus méritos en América Latina y en Europa viene de sumarles una Liga Uruguaya de Básquetbol como entrenador de Aguada- piensa lo mismo que su colega.

“El seleccionado hizo un campeonato muy bueno desde el punto de vista técnico, táctico y espiritual. Así que comparto: ganó la plata”, dice. Y remata: “Si un equipo juega no solo al cien por ciento sino, en algunos casos, como contra Francia, por encima de sus posibilidades, ¿qué más podés pedir?”.

De las 44 millones de almas que gracias a estos nuevos héroes del deporte nacional hoy siguen vibrando, ¿quién puede contradecirlo?

(*) Especial para 442, desde Uruguay.