Después de 121 años, las mujeres podrán asociarse ahora al Jockey Club Rosario, una de las instituciones más tradicionales y ligadas a la historia de la ciudad santafesina, como socias plenas y no solamente como adherentes.
En una asamblea en la que no participaron mujeres, ya que a pesar de ser parte de la vida social e institucional de la entidad durante más de un siglo no gozaban de los mismos derechos políticos que los varones, se aprobó que las mujeres del Jockey Club dejen de ser "adherentes" y pasen a ser "socias plenas".
Así le informó este mediodía el presidente de la entidad, Charles Roberts, a Télam: "Esto es poner al club en el lugar que corresponde y en los tiempos que corresponden". El Jockey Club definió, con el 99% de los votos a favor, ninguno en contra y un 1% de abstenciones, la aprobación de los nuevos estatutos que les darán acceso a derechos plenos a las mujeres.
"Estoy muy contento por este paso, es algo que nos pone orgullosos porque es lo que correspondía, que es adecuar el estatuto del club porque es lo que la vida social te exige, donde vos, yo y todos tenemos los mismos derechos entre hombres y mujeres", declaró Roberts, el presidente de la institución, que tiene una hija de 27 años que realizará el trámite para pasar de adherente a socia plena.
En este sentido, Charles confió que "ayer fui a ver un partido de fútbol de chicas veteranas del club, entre Rosario Central y Newell's, entre las que estaba Noel, la hija del Tata Martino. Ellas me aplaudieron y me agradecieron por esta medida, pero les dije que no hicimos más que lo que corresponde, independientemente de que después ellas se asocien al club o no".
Consultado sobre el origen de la movida que logró la inclusión de la mujer con derecho a ser socia plena, Roberts recordó que "surgió en 2015, cuando empezamos a trabajar con una comisión en la que yo era el vicepresidente y presentamos un programa de 10 puntos para aggiornar el estatuto y se formó una comisión de expresidentes y abogados, junto al gerente y al administrador, que presentó un proyecto en 2016".
Con respecto al extenso proceso de seis años para lograr incluir a las mujeres, el titular del club reconoció que "hubo muchas discusiones porque había algunos que querían abrir el club a todo el mundo y otros que no lo querían abrir a nadie. Hubo muchos votos a favor y no hubo votos en contra, sólo algunas abstenciones". Roberts advirtió que "hay estatutos del 1900 y las realidades de las familias y la sociedad variaron mucho, y no se las puede seguir dejando afuera de la realidad institucional”.
Por su parte, Carla López, prosecretaria del Club Banco Santa Fe e integrante de la Mesa de Género de la Red de Clubes de Rosario, declaró al diario La Capital que "hay que avanzar en estos cambios y dejar atrás situaciones como éstas, que a esta altura de la historia siguen cercenando la posibilidad de participación social y política de mujeres y disidencias en las entidades deportivas". "Esto sucede en un club, pero es importante para todas las mujeres", celebró López.
El Jockey Club de Rosario, fundado en 1900, tiene ahora unas 14.000 personas que participan en los espacios del club pero solamente cuenta 5.000 socios activos (varones). Ser inscriptas como socias plenas en la institución les dará a las mujeres -a partir de ahora- derechos políticos dentro del club, además de la posibilidad de participación en los espacios dirigenciales y hasta en llegar a la presidencia.
El Jockey Club creó su asociación el 18 de septiembre de 1900, con el fin de mejorar la raza caballar en el hipódromo, ubicado en el Parque Independencia. En 1916, por el auge del crecimiento económico y social, se construyó la sede que se convirtió en patrimonio cultural de la ciudad de Rosario, ubicada en Maipú y Córdoba, lugar donde transitaron poetas, escritores, deportistas y políticos de la Argentina y el mundo. En 1920, el Jockey Club adquirió las primeras hectáreas en Fisherton para dar lugar a lo que hoy es el Country, que fue creciendo a lo largo de los años en dimensiones, cantidad de asociados y actividades deportivas.