El primer superclásico de octavos de final de la Libertadores dejó poco fútbol y bastante juego brusco, sobretodo por parte de los jugadores de River.
Germán Delfino debió haber expulsado por lo menos a tres jugadores del Millonario por fuertes infracciones a sus pares de Boca. Y también debió haber hecho lo propio con Andrés Cubas (doble amarilla), por el lado del xeneize.
En el primer tiempo, Leonel Vangioni volvió a ser protagonista de una fuerte entrada contra Fernando Gago, a quien le rompió la media.
Se jugaban nueve minutos del segundo tiempo y Boca se acercaba al arco de River. Una de las maneras de parar a los jugadores xeneizes que adoptó Ramiro Funes Mori fue con una patada al estómago; en este caso a Pablo Pérez.
Cuando todos pedían la tarjeta roja, Delfino optó por amonestar al defensor de River.
El otro que mereció irse al vestuario fue el uruguayo Carlos Sánchez -autor del gol de la victoria-, que le dio un codazo a Gago cuando nadie lo vio, excepto las cámaras.
Por último, Teo Gutiérrez vio la tarjeta roja a falta de dos minutos para el final del partido tras un planchazo a Guillermo Burdisso.
Otra vez, como en aquellos duelos por Copa Sudamericana, River jugó fuerte ante Boca y tal vez mereció quedarse con algunos jugadores menos.



