domingo 28 de abril del 2024
Deporte y salud

Daniel Pasarella es solo la punta del iceberg

El Kaiser padece un cuadro neurológico degenerativo. No son pocos los exfutbolistas argentinos que sufren y han sufrido importantes compromisos neurológicos que podrían ser adjudicados al juego.  

"Ya no es más el Passarella que conocimos. Ahora es otro Daniel”, tituló el diario Olé animándose a contar algo que era un secreto a voces en el mundo del fútbol, especialmente en el entorno riverplatense. El máximo defensor goleador del fútbol argentino, poseedor de un cabezazo furibundo, sufre a los 69 años un cuadro neurológico degenerativo mixto con signos y síntomas combinados de mal de Parkinson y mal de Alzheimer.

A pesar de que el fútbol a nivel mundial es uno de los deportes más practicados y a que es un deporte de contacto donde los choques de cabeza son algo habitual, existe muy poca evidencia científica en casuística sobre el impacto de los microtraumatismos de cráneo, tanto por cabezazos como por choques, en la salud cerebral de los jugadores.

Desde hace medio siglo que se conocen en boxeadores casos de asociación entre lesiones cerebrales traumáticas y enfermedades degenerativas. Con el paso del tiempo, ha surgido evidencia en otros deportes como el fútbol americano, el rugby, el hockey sobre hielo y también el fútbol. El caso de Hilderaldo, el capitán campeón del mundo con Brasil, fue el primero en América Latina.

Dado que hay muy pocas investigaciones sólidas y esclarecedoras sobre la magnitud y causas del problema a nivel poblacional en el fútbol, cualquier determinación estricta que se tome sobre un cambio en las reglas de juego se basará en la opinión colegiada de expertos y no en evidencia científica certera. Un ejemplo es la medida actual tomada por el fútbol inglés (no es pionero) de prohibir los cabeceos en menores de 12 años. ¿Por qué prohibirlo hasta los 12 años y no hasta los 13 o hasta los 14 o hasta los 15? Al fin de cuentas, un niño en etapa de crecimiento puede no condecir su edad cronológica con su edad madurativa.

Eso demuestra que es una medida de prevención que tiene mucho de exhibición y poco de medicina basada en la evidencia. El tema es que las asociaciones necesitan dar respuesta a las demandas que hay y también a las que han de venir, porque si los jugadores de rugby inglés están demandando a la federación: ¿Cuánto tardarán en darse cuenta los del fútbol en hacer un gran reclamo colectivo?

Geoff Manley y colaboradores hicieron un exhaustivo estudio sobre lo poco que se encuentra en relación a los efectos potenciales en el largo plazo de los golpes en la cabeza en deportistas (A systematic review of potential long-term effects of sport-related concussion) y concluyeron con lo que ya es una verdad dicha en voz alta: “Las conmociones cerebrales y los microtraumatismos reiterativos son un factor de riesgo para el deterioro cognitivo y los problemas de salud mental en algunos individuos que practican deportes a nivel competitivo”.

Para dar cuenta de este vacío de casos en su deporte nacional, los australianos crearon el “Australian Sports Brain Bank”, un laboratorio de investigación médica, parte del departamento de neuropatología del Royal Prince Alfred Hospital (RPA) en Sydney, con el objetivo de estudiar la relación entre lesión cerebral, conmociones repetitivas y la encefalopatía traumática crónica (CTE).

Muchos deportistas australianos varones y mujeres, de deportes de contacto, han donado su cerebro para que los estudie la ciencia. En más de la mitad de los casos, el nivel de deterioro histopatológico fue abrumador, combinando dos o más alteraciones características de enfermedades mentales.

"Es cierto, Passarella ya no es el mismo", me dijo un amigo allegado al mundo River. Y le respondí: "¿Y los familiares, llegado el momento, pensaron en donar su cerebro?".

Pasan por debajo del radar y se confunden con un deterioro por la edad pero no son pocos los exfutbolistas argentinos que sufren y han sufrido importantes compromisos neurológicos que podrían ser adjudicados al juego.  

Daniel Passarella

El gremio de futbolistas argentino no ha tocado el tema hasta el momento. Recordemos que los jugadores pierden automáticamente la Obra Social a los pocos meses que dejan de jugar. Las consecuencias de los golpes recién se ven cuando ya llevan años como exjugadores.

Mientras tanto el Dr. Vincent Gouttebarge, “FIFPRO Chief Medical Officer”, (jefe médico del sindicato de futbolistas a nivel mundial) acaba de exponer recientemente delante de la dirigencia de fútbol europeo: “Es esencial mejorar el reconocimiento y la gestión de la conmoción cerebral en el fútbol profesional, de forma que pueda protegerse la salud de los jugadores tanto a corto como a largo plazo”.

Daniel Passarella, lo mismo que el Tata Brown y el Patón Bauza, cabeceaban como los dioses y fueron históricos marcadores centrales que defendieron la camiseta argentina. Sus historias hoy causan consternación, pero son solo la punta del iceberg, debajo la magnitud es mucho mayor. Imagínense el problema que se viene.

La familia desmintió los rumores sobre Passarella

De todas formas, a pesar de la revelación del periodista del medio Olé, la familia desmintió problemas en la salud del Káiser con un comunicado: "La esposa e hijo de Daniel Alberto Passarella, ante la proliferación de diversas noticias respecto de la salud de Daniel, en las que se mencionan que tiene diversas enfermedades como Parkinson, Alzheimar o ELA, vienen a desmentir las mismas y a manifestar que Daniel esta atravesando sólo un estado de tristeza con signos de depresion a raíz de la situación vivida durante la pandemia".

Comunicado familia Passarella

Además, concluyeron: "Las circunstancias de haber estado alejado de sus amigos y de su actividad habitual, aunado a su problema de sordera que contribuyó a aislarlo mucho mas, perjudicaron su estado de ánimo de manera esporádica. Tiene el apoyo incondicional de su familia para su pronta recuperación. Pedimos a los medios que no perjudiquen mas con noticias no corroboradas a Daniel y a nuestra familia".

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