El caso de Luciano Galletti sorprendió al mundo del fútbol en 2010. A los 30 años, el delantero debía poner fin a su carrera deportiva por causa de una insuficiencia renal que le impidió, en el plano profesional, volver a vestir la camiseta de Estudiantes de La Plata, club en el que había debutado en el año 1997.
"Empecé con los estudios por el trasplante de riñón en enero de 2010 y en junio se dictaminó que no podía jugar. Recuerdo los primeros quince días internado. Los médicos entraban a mi habitación, me miraban y se iban. Todo era muy extraño", recordó el Huesito en una reciente entrevista con el periodista Hernán Castillo, TNT Sports.
Galletti había jugado en Zaragoza, en Atlético de Madrid y en la Selección argentina. Integró el equipo de José Pekerman que jugó las Eliminatorias para 2006. Un año antes del Mundial en Alemania, convirtió uno de los goles del triunfo argentino 2 a 1 en La Plaz ante Bolivia, la última victoria albiceleste en los 3600 metros de altura del estadio Hernando Siles.
“Llamaba al entrenador y le decía esperame para jugar, pero empezamos con los estudios y se comprobó que el riñón funcionaba a un 45 por ciento. A los meses, la junta médica decretó que era riesgoso jugar", agregó. Por entonces vestía la camiseta del Olympiacos de Grecia.
En el año 2010, Galletti puso fin a su carrera. Se retiró porque el físico ya no le daba para seguir jugando. En 2011 le practicaron un trasplante de riñón. El donante fue Rubén Horacio Galletti, su padre, quien también había sido futbolista.
Tardó dos años en recuperarse. Cuando tuvo el alta médica, se propuso volver a jugar. No pudo cumplir el anhelo de volver a Estudiantes, pero ofertas no le faltaron.
"Pude decidir cuando debía retirarme, surgió la posibilidad de Grecia (en el Creta) mi familia no me reprochó con ningún pero. Es más, me iban a ver siempre. Y cuando nos tocó jugar contra el Olympiakos, llamé al presidente del club desde el vestuario y le avisé que me retiraba. Ahí cerré el círculo", destacó.
AM