Chequeos permanentes, hisopados antes de subir a cada avión, un máximo de 72 horas de estadía en el país al que viajan y una ayuda económica para los visitantes. A pesar del brote en Boca y de los contagios que se detectan en los distintos equipos del continente –los argentinos, por estas horas, son los más complicados– la Conmebol sigue preparando la vuelta de la Copa Libertadores, prevista para el martes 15 de este mes.
En Asunción, de hecho, nadie habla de postergar el reinicio. Y hasta aventuran las posibles fechas de la final de la Libertadores y de la Sudamericana, las dos a partido único, como sucedió el año pasado, aunque esta vez seguramente sin público: 23, 24 y 30 de enero, con sede en Río de Janeiro y Córdoba. Dos de esas fechas serán anotadas en el calendario de definiciones del fútbol sudamericano.
La idea de jugar la final a partido único, además de imitar el formato de la Champions League, fue beneficiosa para el país anfitrión, porque durante una semana ingresaron miles de turistas. En Lima, en el duelo entre River y Flamengo, sucedió eso. Sin embargo, no queda claro qué pasará en esta edición.
Pero no solo es una cuestión sanitaria. El organismo que preside el paraguayo Alejandro Domínguez desembolsará millones de dólares para ayudar a los distintos clubes a paliar la crisis y los gastos extras que demanda esta competencia en un contexto de pandemia. En el croquis económico elaborado por la Conmebol se contemplan tres situaciones:
- 15 mil dólares para los equipos que deban visitar a un equipo del mismo país, pero con traslado aéreo,
- 30 mil dólares para los que deban salir del país y viajar hasta 2.000 kilómetros.
- 50 mil dólares para los que se trasladen de 2.000 a 4.000 kilómetros,
La semana pasada, Gonzalo Belloso, exjugador y uno de los directivos con más peso en el organismo del fútbol continental, aclaró que todos los planteles mantendrán un viaje en forma de burbuja: "Es una cuarentena deportiva. Viajan, concentran, juegan y se quedan todos juntos. No pueden salir a pasear o a hacer compras como lo suelen hacer, se tienen que quedar en el hotel”, describió.
Será, en todo caso, la nueva normalidad que transite el fútbol en esta parte del mundo.