Real Madrid goleó 4-1 al Osasuna como visitante y continúa como único líder de la Liga de España en un partido que fue más complicado de lo que demuestra el resultado final y que tuvo como gran protagonista a Sergio Ramos, autor del segundo gol del equipo de Zidane pero que minutos antes, y cuando el partido estaba 1-0 para el local, pegó una patada que merecía la expulsión pero ni el árbitro ni el VAR lo consideraron así.
"¿Cómo no quererlo?", dirán los fanáticos del Merengue mientras los hinchas de todos los demás equipos se preguntan "¿Cómo no odiarlo", pero Sergio Ramos es sin duda una de los mejores defensores del mundo con el plus de ser goleador y ya lleva 90 tantos con la camiseta del Real Madrid. Una barbaridad.
Pero también es inevitable por su personalidad que el resto de los hinchas no lo quieran con la lesión a Mohamed Salah en la final de la Champions League como muestra más significativa de lo que genera este futbolista que seguramente todos quisieran tener en su equipo.