La campaña se llamó “San Lorenzo te escucha” y consistía, ni más ni menos, en hablar con vecinos y vecinas del barrio de Boedo para enterarse de las dudas, necesidades y expectativas que genera la futura construcción del estadio en Avenida La Plata, la tierra santa por la que el pueblo azulgrana lucha hace una década, recuperada finalmente por el club el año pasado.
Los resultados, según contaron algunos dirigentes en la última reunión de Comisión Directiva, alegra y entusiasma: hubo un 95% de aceptación al proceso de interacción que viene llevando San Lorenzo con la comunidad vecinal, y cerca del 80% de las personas con las que se dialogó son optimistas en relación a lo que generará el club en Avenida La Plata al 1700.
Si bien el programa estaba pensado para abordar distintas áreas de interés vecinal como la Salud, la Educación, el Espacio Público y la Seguridad, de los encuentros surgieron los más variados intereses, debates, agradecimientos y cuestionamientos.
Puntualmente, los vecinos pidieron mayor iluminación en las manzanas que rodean al predio de Avenida La Plata, con muchos paredones de fábricas y muy oscura de noche, la generación de espacios verdes más la necesidad de construir una escuela, una comisaría y un centro primario de salud.
San Lorenzo contrató a la empresa danesa GEHL, especializada en procesos participativos para el desarrollo de proyectos urbanísticos, que moderó los encuentros virtuales vía Zoom entre la dirigencia azulgrana, los vecinos y la socióloga Daniela Urribarri, directora de la consultora DU y con experiencia en trazados urbanísticos. Todo esta información será trasladado a otra empresa extranjera, IDOM, de capitales españoles, con sede en Bilbao y responsable del diseño de un masterplan para la Vuelta a Boedo.
Igualmente, ese masterplan no tendrá sentido hasta que la Legislatura porteña apruebe la Ley de Rezonificación necesaria para construir un estadio deportivo en esas calles de Boedo. El presidente de San Lorenzo, Marcelo Tinelli, publicó en su Instagram hace dos semanas que el proyecto se aprobará antes de fin de año. Algunos lo leyeron con optimismo. Otros son incrédulos.
Lo cierto es que si no se aprueba antes de diciembre, el proyecto de ley perderá vigencia. En ese caso, debería presentarse un nuevo proyecto a partir de marzo de 2021 que tendría que pasar por todo el circuito parlamentario para su aprobación.