Un preparador físico que entrenó a Diego Armando Maradona en los meses previos a su muerte declaró en la causa que lo notó “desmejorado”, “muy débil” y que “casi no caminaba”, y afirmó que a partir de que se enteró que le habían cambiado la medicación lo vio “cada vez más descoordinado”, informaron este viernes fuentes judiciales.
Se trata de Nicolás Italiano, quien declaró el martes pasado en la Fiscalía General de San Isidro, donde se investiga la muerte del “10” como un homicidio simple con dolo eventual.
Este testigo fue mencionado por Luciano "Lucho" Strassera, un abogado exnovio de Gianinna Maradona, que el mes pasado declaró ante los fiscales que entre agosto y octubre del año pasado había sido convocado por su propio exsuegro para que lo ayudara a entrenarse.
Italiano explicó que era amigo de Strassera y que por ese motivo lo contactó en agosto del 2020 para entrenar al por entonces DT de Gimnasia y Esgrima de la Plata, en la casa del country de Brandsen donde por entonces vivía el astro del fútbol.
“Recuerdo que fui con una idea y me encontré con un panorama totalmente distinto al que imaginaba, ya que Diego Maradona presentaba un estado físico mucho más desmejorado de lo que esperaba o me imaginaba. Es decir, me encontré con un Diego Maradona que casi no caminaba”, contó.
Dijo que se encontró con un Diego “que directamente se encontraba totalmente débil, casi sin poder moverse” y por ello dijo: “Jugábamos a entrenar, ya que no se puede llamar a eso que hicimos un entrenamiento propiamente dicho”.
El preparador físico señaló que “el primer mes de entrenamiento, en agosto, fue muy bueno” ya que iban “tres veces por semana”, pero que después, en septiembre, “empezaron a cancelar los entrenamientos” y que quien le comunicaba a Strassera esa decisión era Maximiliano Pomargo, el asistente personal de Maradona.
Contó que el motivo era porque “Maradona estaba cansado” y que en algunas ocasiones el propio Diego les decía que no quería entrenar.
Sobre la rutina que organizaba, mencionó: “La entrada en calor era bailando cumbia como a él le gustaba, se apuntaba más a que se distraiga un poco. También le hacía hacer ejercicios de boxeo para que se descargue, pero debíamos hacer intervalos de descanso ya que se agitaba mucho, se cansaba enseguida”.
“Lo tenía más tiempo sentado que parado, hacíamos cosas muy básicas y más a nivel diversión que entrenamiento, como ser bailar, entre otras", agregó.
El testigo también resaltó en su declaración que “a nivel cognitivo Diego Maradona no se encontraba nada bien” y al respecto, describió: “Se notaba, por ejemplo, en trabajos de coordinación simples que tal vez no le salían. Siempre me volvía preocupado del entrenamiento y viendo que podía hacer para ayudarlo a que mejore”.
“Agosto fue el mejor mes, lo llegamos a ver tres veces por semana, luego con el paso del tiempo se tornó cada vez más difícil”, afirmó. Recordó que en el último mes casi no entrenaron y que la última vez que lo vio fue el 29 de octubre, es decir, el día previo a su cumpleaños.
“Ese día, fui a la casa a entrenarlo y lo vi muy desmejorado, se lo veía muy mal y estaba débil” y agregó: “Le costaba pararse, caminar, coordinar”.
En ese tramo de la declaración, dijo que en una oportunidad lo vieron al médico de cabecera y principal imputado en la causa, Leopoldo Luque, y que éste les comentó que “los análisis de Diego Maradona estaban bien". Pero mencionó que en una oportunidad Strassera le comentó que a Diego “le habían cambiado la medicación” yque a partir de ahí lo empezó a notar “cada vez más descoordinado”.
Italiano dijo que no cobró por su trabajo y agregó: "No me importaba la plata solo lo quería ver bien porque Diego Maradona a mí me cambio la vida, era un sueño. Lo extraño mucho, él no se merecía estar así".
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años de un edema pulmonar y una falla cardíaca el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba la internación domiciliaria que está bajo investigación penal en la justicia de San Isidro.
Tras las conclusiones de una junta médica, siete profesionales de la salud fueron imputados por "homicidio simple con dolo eventual", figura penal que prevé de 8 a 25 años de prisión y que fue elegida por los fiscales tras una investigación en la que concluyeron que el equipo médico de Maradona fue "deficiente", "temerario" e "indiferente", y que sabía que el "10" podía morirse y no hizo nada para evitarlo.
Los imputados son el neurocirujano y médico de cabecera del exfutbolista, Leopoldo Luque (39); la psiquiatra Agustina Cosachov (36); el psicólogo Carlos Ángel "Charly" Díaz (29); los enfermeros Ricardo Omar Almirón (38) y Dahiana Gisela Madrid (36); su coordinador, Mariano Ariel Perroni (40); y la médica coordinadora de la empresa Swiss Medical Nancy Forlini (52).