La vuelta de Neymar a Santos, el club donde dio sus primeros pasos como futbolista profesional, se transformó en un regreso lleno de frustración.
Lejos de ser una fiesta, su presente está marcado por lesiones, críticas y una dura realidad deportiva: el Peixe cayó este fin de semana 2-1 ante Internacional de Porto Alegre, sigue en zona de descenso y el clima en el club paulista está cada vez más caldeado.
El gol que no fue y la discusión de Neymar con la hinchada
En el marco de la fecha 15 del Brasileirao, Santos fue superado en su propio estadio con goles de Johan Carbonero y Rafael Santos Borré, este último de penal. El descuento llegó en tiempo de descuento, gracias a Álvaro Barreal, pero no alcanzó.
Con solo 14 puntos en el torneo (cuatro victorias, dos empates y nueve derrotas), el equipo quedó a merced de sus rivales directos por la permanencia, como Juventude y Vasco da Gama, ambos con partidos pendientes.
El momento más tenso se vivió sobre el final del partido. Neymar, que había generado la ocasión más clara con un remate de zurda desde afuera del área, celebró con euforia un supuesto empate que nunca fue: la pelota dio en el palo, cruzó la línea de gol parcialmente y fue contenida por Sergio Rochet. Aunque el delantero pensó que había convertido, los árbitros no convalidaron el tanto.
Neymar fue expulsado por hacer un gol con la mano y dejó al Santos en zona de descenso.
Cuando terminó el partido, el delantero de 33 años se acercó a la tribuna baja de Vila Belmiro y tuvo un fuerte cruce con un hincha que lo venía increpando desde antes del pitazo final. La discusión verbal fue subiendo de tono, lo que generó un enfrentamiento incluso entre los propios aficionados, divididos entre quienes defendían al ídolo y quienes lo cuestionaban.
El arquero Joao Paulo intervino rápidamente para contener la situación y alejar a Neymar del foco del conflicto.
Un regreso que no cumple las expectativas
Desde su regreso en febrero de este año, Neymar disputó 15 partidos y anotó 4 goles. Aunque sus cifras mejoraron respecto a su último paso por el Al-Hilal, están lejos de los números que lo consagraron como una superestrella mundial. Además, las lesiones lo obligaron a perderse varios encuentros y su estado físico ha sido blanco de críticas constantes.
La relación con los hinchas está visiblemente deteriorada. Algunos le reprochan su falta de compromiso, especialmente tras filtrarse imágenes de sus apariciones en fiestas mientras el equipo atraviesa una crisis. Otros, en cambio, destacan su liderazgo y consideran injustos los señalamientos.
BP



