Germán Denis sufrió una desafortunada situación por cumplir su trabajo como profesional del fútbol luego de convertir de manera agónica el gol de penal que le dio el triunfo a Lanús frente a Independiente (su exclub) en el Libertadores de América.
Luego de convertir, el Tanque pidió perdón a los hinchas del Rojo y una vez finalizado el partido no le dio mayor importancia a los insultos recibidos desde la tribuna cuando ante los micrófonos de la televisión aseguró que "los entendía como parte del fútbol".
Pero en la madrugada empezó a recibir insultos y amenazas a través de las redes sociales y el delantero dijo basta. "Todo tiene un límite, esta es nuestra educación", publicó en su cuenta de Instagram el goleador que había vuelto de Italia con la ilusión de cerrar su carrera en el Rojo donde ya había demostrado todo su potencial y que debió irse tras un breve paso sin pena ni gloria.
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