viernes 26 de abril del 2024
Un atleta ejemplar

La historia solidaria de Braian Toledo: de pasar hambre a ayudar a los que menos tienen

El lanzador de jabalina participaba activamente de un programa de acción social y era el padrino de la ONG Manos en Acción de Marcos Paz, donde vivía. Galería de fotosGalería de fotos

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La muerte de Braian Toledo llenó de luto al deporte argentino. El atleta olímpico de 26 años, el mejor lanzador de jabalina de la Argentina que se entrenaba para los Juegos de Tokio 2020, tenía un perfil solidario más allá de su actividad deportiva. 

Toledo se crió en la ciudad bonaerense de Marcos Paz, a unos 60 kilómetros de la Capital Federal, y tuvo una infancia llena de carencias en la cual pasó hambre y frío junto a su familia. Por eso, el atleta finalista en Río de Janeiro 2016, se volcó a ayudar a quienes más lo necesitan. 

El joven deportista participaba activamente en el programa solidario de la empresa Weber Saint Gobain llamado Huella Weber, que elige a deportistas con conciencia social para protagonizar cambios en la sociedad eligiendo un lugar para refaccionar con los materiales que aporta la empresa. “Elegí la ONG Manos en Acción en Marcos Paz porque me hace acordar mucho al comedor que yo iba de chico, a tomar un mate cocido con pan casero o tortas fritas. Yo pasé por eso y sé lo importante que es, lo bien que me sentía y no sólo por poder comer…”, recordó Toledo en una nota publicada por el periodista Julián Mozo

En Manos en Acción está Mónica con su marido, sosteniendo un merendero al que cada día asisten de 30 a 40 chicos con hambre y necesidades de contención. “Yo estoy muy comprometido. Cuando fui hace poco y vi los cambios en infraestructura me emocioné mucho… En poco tiempo comenzaremos con la segunda etapa de refacción, aunque yo sigo ayudando. Ahora haré donaciones de panchos porque van a instalar un puesto para vender en el Motorshow de Marcos Paz”, contaba el deportista.

Una de las anécdotas solidarias de Toledo ocurrió hace unos años: “Volvía para casa y vi a un hombre, con su hijito, revolviendo la basura. Era fin de mes y a mí me quedaban sólo 50 pesos en la billetera porque justo en esos días habíamos hecho una compra importante. Pero ni lo pensé: se los di al nene para que se los alcanzara al padre. Cuatro años después, cuando mi mamá empezó a estudiar en una escuela nocturna, se cruzó con una mujer que, cuando la vio, se puso a llorar desconsoladamente. Cuando se calmó, le contó esta misma historia… Le dijo lo que había significado ese gesto para ellos, que en ese momento su esposo no había reaccionado para agradecerme como me merecía. Mi mamá se emocionó, volvió a casa y me agradeció lo que yo había hecho. Yo le respondí que era lo que ella había alimentado en mí. Hoy seguimos ayudando a esa familia, como a otras... Y es lo que me hace feliz, lo que me llena el alma y el espíritu. Me alegra tanto como ganar una competencia”.

Braian se sentía orgulloso de participar de este programa junto a colegas (y amigos) olímpicos. “Es único compartir un programa que ayude a la gente con Pareto, Chiaraviglio, Crismanich, Delfi Merino y otras estrellas del deporte. Entre todos nos ayudamos y potenciamos los proyectos. Es soñado. Weber es hoy la única empresa que hace algo así, ojalá otras la imiten. Yo no me lo voy a olvidar en la vida porque me ayuda a ayudar y, además, nos permite descubrir cosas nuestras y nos muestra que hay otro mundo…”, reflexionaba.

La ayuda de Braian Toledo a la sociedad de fomento La Rotonda, en Florencio Varela


FH

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