Y pensar que hace apenas un año estaba convencido de que su ciclo en Los Pumas estaba terminado. La decepción por la eliminación de la Selección en la fase de grupos del Mundial de Japón 2019 fue para Nico Sánchez un golpe que creía definitivo. Después llegó el momento de sacudirse la frustración, de mirar para adelante: pero adelante lo esperaba una pandemia que frenó las competencias internacionales por más de un año. Ese tiempo de introspección funcionó como una terapia para replantearse el cierre de su carrera. Entonces volvió y hoy, con 32 años, Nico Sánchez se subió al pedestal del rugby argentino.
Este triunfo de Los Pumas sobre los All Blacks, el primero de la historia, quedará grabado con su nombre. Nico Sánchez fue el autor de los 25 puntos en la madrugada de este sábado gracias a un try, una conversión y seis penales. Con el 10 en la espalda, el tucumano fue el Diego en el Estadio Azteca.
Había un antecedente: el único partido ante los All Blacks que Los Pumas no habían perdido fue el que disputaron en Ferro en 1985. Terminó 21-21 y Hugo Porta fue el autor de todos los puntos. En este Tres Naciones que se disputa en Sydney, Nico Sánchez consumó la hazaña y también superó aquella marca de Porta.
"Fue un orgullo representar al país. Lo que sentí en los últimos minutos viendo la defensa, la preparación de todo esto, la gente que ha estado en los malos momentos, es increíble”, dijo la gran figura una vez consumada la hazaña en el Bankwest Stadium.
Cuando Nico Sánchez pisó una cancha de rugby por primera vez tenía 8 años y una convicción: ese deporte lo iba a acompañar toda su vida. Sin embargo, no sospechaba que ese camino iba a estar plagado de trabas.
“Lo mío no es talento natural, todo lo que logré fue en base al esfuerzo”, suele confesar. Algo de eso hay en la carrera del apertura. Y también mucho de espíritu de superación. Cuando tenía 17 años se fracturó la mandíbula antes de una final, un año después lo convocaron por primera vez a Los Pumitas pero fue el único del equipo que no entró ni un minuto, cuando por fin logró sumarse a un equipo europeo estuvo tres años sin jugar.
Ante cada adversidad Nico Sánchez se planteó si debía seguir jugando al rugby. El fantasma del abandono merodeó su vida. Y fue, también, lo que le dio fortaleza. "Lo más importante que me transmitió el rugby fue la superación constante. En mi vida tuve muchas más piedras que facilidades, pero son ésas las cosas que te invitan a mejorar todo el tiempo”, explica el tucumano con tono de gurú de autoayuda.
Esa perseverancia fue determinante. Se bancó las dificultades y siguió. El que abandona no tiene premio, sentencia el dicho. Nico Sánchez lo tuvo: en la madrugada de este sábado entró en la historia del rugby argentino.