Buenos Aires fue testigo del fenómeno Joao Fonseca

Todo empezó a los cañonazos, con Fonseca, como es su preferencia, tirando a ganar desde el primer punto. Agresividad, precisión y muchos recursos técnicos sintetizan los atributos que le dieron la victoria al brasileño de tan sólo 18 años y con una madurez que asusta. No le pesó el marco, el rival, el público ni las situaciones límites que en cada instancia de ésta semana le presentaban un desafío desconocido para él.

Fonseca supo cuando presionar, cuando administrar, cuando hacer equivocar a su rival y cuando desconcertarlo con una variedad de herramientas que lo hacen un candidato a ganar en cualquier lado y a cualquier rival. Ni siquiera el pequeño hueco que le abrió a Cerúndolo fue suficiente para que el argentino pudiera exprimirlo al máximo y alargar la definición a un tercer set. A pesar de haberse repuesto de dos quiebres consecutivos, en el tie break del segundo set el brasileño jugó todos tiros ganadores que dejaron parado a Fran en más de una ocasión. 

Arte, vistosidad, porque no fue solo potencia, fue saque y red, volea magistral, anticipación, realmente sorprendente que un chico que a tan corta edad tenga semejante madurez y soltura en su primera final de ATP. Joao mostró su temple, no se achicó, y con una jerarquía inmensa cerró la disputa con broche de oro con otro mazazo de drive. Una locura realmente haber sido testigos de su primera coronación que para las estadísticas resultó en 6-4 7-6(1) en 1:45 horas. 

Finaliza de este modo la vigésimo quinta edición de uno de los torneos más antiguos y prestigiosos del mundo, que cada año convoca a grandes figuras del tenis internacional que incluye a los argentinos más destacados.

Al cabo de la misma, Francisco Cerúndolo dejó sus impresiones de cómo la vivió y sus conceptos sobre Fonseca: “fue un partido normal, no he jugado un gran tenis pero es porque él tampoco me dejó mucho. La pelota de él viene muy fuerte de los dos lados, te hace jugar más al medio, más lento, sin tanta puntería y él ahí se hace muy fuerte, te hace forzar mucho, después si querés apurar un poco para tomar más riesgo para sacarlo a él de la ofensiva, cometés errores. Cometí un par de derecha pero la cancha estaba muy rápida, hacía mucho calor. Era saque y saque, la pelota picaba mucho,  Pero él juega un tenis muy bueno, no tiene casi huecos y le pega muy firme tanto con el saque como con el drive y el revés. Quizás yo podría haber sido un poco más ofensivo, pero si no sacaba muy bien, él con la devolución me tiraba para atrás. Se me iban pelotas por un pelito y cuando se te empiezan a ir pelotas así uno tiene un poco más de dudas adentro de la cancha. Él tiene un tenis de muy alto nivel, por supuesto que hay cosas que tiene que ir puliendo porque fue todo muy rápido para él“. Así, dejando conceptos interesantes, cerró el argentino su semana en Buenos Aires.

El ganador, por su parte, luego de la conquista de su primer trofeo ATP mantuvo el mismo tono cordial y calmo que lo había precedido en las jornadas anteriores. Así reconoció qué “jugar una final fuera de casa era difícil, la hinchada argentina estaba en contra pero tenía muchos brasileños haciendo fuerza por mí, entonces es un título muy especial para mí, con certeza es un paso más en mi carrera y estoy más cerca de mi objetivo que es llegar a ser número uno del mundo. Obviamente estoy muy lejos todavía pero esto es sólo el comienzo. Tengo que seguir trabajando para tener más momentos así. La próxima semana va a ser otro desafío en el Rio Open. Hoy voy para allá, voy a descansar mañana, sentir la cancha y ya el martes ir con todo porque así es el tenis: se ganó un título y después ya hay que estar pensando en grande, en el próximo objetivo, en la próxima meta, pero este título va a quedar en mi corazón” sentenció, dejando una muy buena impresión y un comportamiento educado y respetuoso.

Por Daniel Álvarez (@raquetaspaletas)