miércoles 11 de diciembre del 2024

Bárbara, la hija y asesora del presidente del campeón

Por Julieta Mondet | Una sensual selfie junto a su hermana, recostadas en el campo de juego durante el festejo de Racing campeón, se viralizó y se hizo famosa. Política, campaña familiar y Cristina Kirchner.

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“Me llegaron 500 mensajes de WhatsApp”, dice todavía sorprendida. Aunque no era para menos. El domingo pasado, Racing salió campeón del torneo nacional después de 13 años, y a minutos de terminado el partido ella subió una provocativa selfie que no pasó inadvertida. Se trata de Bárbara Blanco, la hija del presidente del club, Víctor Blanco.

Pero ella no es sólo una joven atractiva: además, es abogada y politóloga, y fue la encargada de llevar adelante la campaña que posicionó a su padre por encima de los demás candidatos.

—¿Cómo te hiciste de Racing?

—Fue inevitable. Víctor (N. de R.: llama a su padre por el nombre) me lo inculcó. El llegó de España a los cinco años y un tío que era de San Lorenzo lo llevó a ver un partido en el que jugaban contra Racing. Y él se enamoró de Racing, de su hinchada. Tiempo después se fue a hacer un traje y el sastre le regaló un pañuelo con los colores del club, y ya no hubo retorno. En casa somos cinco hermanos, y todos de Racing.

—Pero vos sos la más vinculada, ¿cómo empezaste?

—Voy desde muy chica a la cancha y me fui relacionando con los plateístas, con la gente. Y antes de las primeras elecciones, luego del gerenciamiento, conocí al ex presidente del club, Rodolfo Molina. Por entonces, él preparaba su campaña y empecé a ir a sus charlas. Una vez que fue electo le presenté a mi papá. Y así los acerqué y establecieron un vínculo.

—¿Y cómo siguió la historia?

—Durante el primer mandato de Rodolfo Molina, papá lo asesoró y también participó de la compra de algún jugador. Cuando Molina se separó de su vicepresidente, Pablo Podestá, lo invitó a participar de la lista. Y lo puso de vicepresidente segundo. Lo que mi papá nunca se imaginó fue que iban a renunciar todos y él iba a tener que asumir la responsabilidad.

—¿Hubo charla familiar?

—Claro, papá nos consulta todo. Nos juntó y nos dijo que era su responsabilidad y que no tenía opción, que si no asumía, Racing iba a terminar intervenido y quizás en la B. Así que tomó el barco hundiéndose y lo reflotó. En un año hizo cosas que parecían imposibles. ¡Somos campeones!

—¿Y por qué eligió volver a presentarse?

—El podría haberse vuelto a su casa. Ya lo había sacado del pozo y hecho campeón. Y para hacer eso tuvo que reestructurar toda su vida, porque él tenía sus negocios. Pero la gente que lo acompañó durante el año de gestión le dijo que no podía tirar todo su trabajo por la borda y dejarlo en manos de otras personas. Le pidieron que siga, y aceptó.

—¿Vos cómo participaste?

—Lo ayudé en la campaña. Nos dividimos mucho el trabajo, y cuando él no podía ir a reuniones, iba yo. Y por supuesto también me ocupé de cuestiones mínimas.

—¿Cómo empezaste a colaborar con tu papá?

—Se lo tuve que pedir, fue en octubre. Le dije qué era lo que yo quería hacer, que me diera una oportunidad porque me la merecía. No le gustó la idea, pero me dejó. Y hoy está muy contento.

—¿Cómo es trabajar con él?

—No siempre es fácil. Como todos los padres que trabajan con sus hijos, me exige más a mí que a otro empleado.

—¿Se enojó por la selfie que te sacaste con Mechi?

—No, ya está curado de espanto.

—¿Mechi es modelo?

—Es muy linda, pero no. Mi papá la mata. Es un perfil que claramente no le agradaría.

—¿Cómo es como padre?

—Muy presente. Lo llamás a cualquier hora y está. Y nosotras tenemos todas un Edipo gigante con él.

—¿Cómo es ser una mujer atractiva y entrar a la cancha?

—Son todos muy respetuosos. Además, siempre está Víctor ahí. Y a los jugadores los conozco poco porque Víctor me asesina. Hay que diferenciar el trabajo del fanatismo. Yo soy empleada del club y cobro un sueldo, así que ahí trabajo. Es más, del tiempo que hace que estoy en Racing tengo una sola camiseta firmada por los jugadores, y tuve que mandar a alguien y decirles que era para otra persona porque me daba vergüenza.

—¿Cómo fue el encuentro con la Presidenta?

—Muy lindo. Nos abrazamos y nos elogiamos.

—¿Te gusta su gobierno?

—Por el club conozco a muchos kirchneristas. En la comisión directiva no hay nadie, pero sí por fuera. Uno en un club hace muchas relaciones. Y del Gobierno intento rescatar las cosas buenas, que las tiene, y también veo lo negativo.

—¿Te gustaría tener un cargo en el Gobierno?

—No pienso en eso. Sólo en Racing. Igual me gusta la política, y no lo descarto en un futuro.

—¿Y seguir los pasos de tu papá?

—Ese es mi sueño.

(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.