"Con Angelici hablamos Mauro, mi hermano y yo, nadie más. Y el pacto que tenemos es a muerte. El nos banca y nosotros lo vamos a bancar”. La frase le corresponde a Rafael Di Zeo, líder de la barra de Boca, en medio de un diálogo que salió a la luz horas antes de enfrentar a Sevilla. Es que el equipo de Guillermo Barros Schelotto aprovechó el receso por las Eliminatorias y viajó a España, donde ganó 4 a 3 y así obtuvo el Trofeo Antonio Puerta. Y como era de esperar, la primera plana de La Doce se hizo presente en el bario de Nervión y copó la tribuna del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
El tour de la barra de Boca por tierras españolas costó medio millón de pesos, entre pasajes, hoteles y comidas. La pregunta se cae de madura: ¿Quién se hizo cargo de los gastos? Lo único concreto es que dicha travesía comenzó el jueves 10 de noviembre en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Desde allí, diez integrantes del núcleo violento volaron al Viejo Continente para pasar una semana a todo trapo con la excusa del partido amistoso. Algo similar a lo que había sucedido en 2015 en Roma e Isla Margarita, y este año en Cali, La Paz, Montevideo, Pichincha y Asunción, donde quedaron detenidos diez días por ocasionar disturbios en un barrio de emergencia en la zona de San Felipe.
En esta oportunidad, la delegación volvió a estar liderada por Rafael y Fernando Di Zeo, y Mauro Martín. Pero además tuvieron el privilegio de subirse al avión Elvio Sosa, Diego Rodríguez, Esqueletor, Mochila, Federico de Leopardi y Manija, uno de los que más terreno han ganado en el último tiempo en los paraavalanchas de La Bombonera.
Olé. Una vez que la facción argentina pisó la ciudad de Sevilla, fue recibida por Witi y Piraña, miembros de Biris Norte, grupo de extrema izquierda que maneja la tribuna de la institución albirroja. Y como si eso fuera poco, luego del encuentro fueron agasajados en un lujoso restaurante, propiedad de un amigo de José Fabrizio Aguilar, líder de la hinchada del equipo dirigido por Jorge Sampaoli. En diálogo exclusivo con PERFIL, Fabrizio explicó la sorpresiva amistad: “Siempre tuvimos mucho respeto y admiración por La Doce. Por eso agradecemos su visita y que compartieran esos días con nosotros. En lo personal, conocí a muy buena gente, educada, de modo tal que aquí siempre serán bien recibidos”.
Luego de la estadía en Sevilla, los barras viajaron a Marbella para instalarse en una cómoda posada a orillas del mar Mediterráneo. Y no conformes con eso, fueron invitados a pasar unos días con un grupo de hinchas de Boca en Málaga, desde donde emprendieron la vuelta.
La derrota ante Rosario Central por Copa Argentina privó al conjunto de la Ribera de disputar la próxima edición de la Libertadores, razón por la cual La Doce pide a gritos alguna invitación internacional para seguir sumando millas.
Tendrá menos cacao. Mientras la primera plana de la barra de Boca recorría lujosos hoteles en España, la Policía Federal logró detener a Maximiliano “Mey” Oetinger, figura clave de La Doce y hombre fuerte de La Chocolatada, una banda delictiva cercana a Mauro Martín, cuyos líderes se le dieron vuelta y hoy pretenden desbancarlo del mando de la hinchada.
Oetinger, vinculado fuertemente a la Garza Sosa, se encontraba prófugo desde hacía ocho meses por el secuestro de León Scher, odontólogo de 83 años.
De esta forma, con la caída de uno de los barras que compartieron aquel famoso y polémico asado con Carlitos Tevez, el poder de la facción de La Chocolatada quedó en manos de Ariel “Pollo” Pinazzi, quien amenaza como nunca con quedarse con la tribuna más rentable del país.
(*) Esta nota fue publicada en el Diario PERFIL.
