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Hay jugadas que quedan en la historia, que se pueden ver una y otra vez y nunca cansan y como ocurre con el gol de Diego Maradona a Inglaterra en México 1986, la palomita de Manu Ginóbili ante Serbia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 quedó inmortalizada y emociona cada día más.
Ese 15 de agosto de hace catorce años, Argentina inició su camino hacia su primera y única medalla dorada en básquet de su historia en un partido muy disputado ante Serbia y Montenegro con resultado incierto hasta el final y a favor de los europeos cuando restaban apenas tres segundos. Pero apareció Manu Ginóbili con toda su magia para empezar a vestir de dorado a una generación imborrable. Pero mejor, que lo cuenten los mismos protagonistas.
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