domingo 24 de noviembre del 2024

La historia del brasileño que encendió el pebetero

El exmaratonista Vanderlei Cordeiro de Lima sufrió una de las injusticias más grandes en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y tuvo su recompensa.

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La maravillosa ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos Río 2016 tuvo un nombre propio por encima de los más de los miles de atletas que se pasearon por un Maracaná que los recibió con una fiesta extraordinaria. ¿Quién fue ese hombre? Vanderlei Cordeiro de Lima, ese menudo hombre que espero que le pasen la antorcha olímpica para pararse frente al mundo y dar comienzo a los Juegos en Brasil. El mismo atleta que sufrió una de las injusticias más grandes de la historia del olimpismo.

El exmaratonista lideraba la prueba reina del atletistmo en Atenas 2004. Nada más especial que ser el primero en cruzar los 42195 metros y colgarse el oro en el lugar donde justamente nació el olimpismo. Cordeiro de Lima lideraba la prueba a falta de solo seis kilómetros para el final, hasta que en un abrir y cerrar de ojos todo se volvió oscuro. Un exsacerdote irlandés, Cornelius Horan, saltó al asfalto y se abalanzó sobre él, sacándolo de la pista durante unos segundos.

Con la ayuda de algunos espectadores que no podían creer lo que estaba ocurriendo, Vanderlei se sacó de encima al agresor y volvió a correr en busca de su meta. Estaba tan cerca y tan lejos a la vez que no le alcanzó. Con mucho dolor, descentrado y tras ser superado por el italiano Baldini (ganador de la competencia) y Keflezighi, el oriundo de Paraná pensó en retirarse de la carrera.

Solo su fortaleza mental, sus ganas de ser historia pura en los Juegos, su espíritu olímpico, lo que lo sacó de esa idea y lo hizo llegar a la meta. Fue tercero. Bronce y al podio. Él y todos los que habían visto la carrera sabían que debió ser el ganador. El estadio olímpico de Atenas se rindió a sus pies y él con su sonrisa a flor de piel no dejó que lo sucedido cambiara su historia. "Mi bronce es de oro, no importa lo que haya ocurrido", dijo apenas le pusieron un micrófono en frente, a pesar de que el Comité Olímpico Internacional rechazó el pedido de las autoridades brasileñas en darle una medalla dorada a él también. Sin embargo, fue condecorado con la medalla Pierre de Coubertain. El más alto honor que puede recibir un deportista.

Pasaron 12 años para que Vanderlei Cordeiro de Lima tuviera una redención. En el Maracaná y ante su gente. Demostrando que a veces la justicia olímpica existe.

(*) Enviado especial a los Juegos Olímpicos.