En un fin de semana lleno de actos solidarios por la tragedia de Chapecoense, el fútbol argentino también mostró su peor cara y la violencia volvió a decir presente en diferentes estadios, como por ejemplo en el partido entre Crucero del Norte e Independiente Rivadavia, que terminó con una gresca generalizada entre los futbolistas luego del empate del equipo mendocino en una jugada polémica.
Lo ganaba el conjunto misionero y la victoria le servía para salir del fondo de la tabla de la B Nacional. Pero en el minuto 89, el arquero local Ignacio Arce tiró la pelota afuera y cayó al piso para ser atendido. Tras ello, Independiente procedió a devolver el balón, pero mientras los misioneros esperaban pacíficamente que la pelota llegara, Emanuel Reinoso corrió a toda velocidad tomó la pelota y envió un centro que terminó en gol de Franco Dolci.
En ese momento, los jugadores de Crucero explotaron de bronca y fueron a buscar a sus rivales. La pelea entre los jugadores terminó con cinco expulsados y la bronca quedó manifiesta en las palabras del jugador Federico García: “Da mucha bronca porque después nos hacemos los colegas pero cuando están con la soga en el cuello demuestran lo que son: unos traidores y deslealtad total”.
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