Si la hinchada de San Lorenzo era conocida –o reconocida– por ser la más ingeniosa, habrá que reconocerle, ahora también, que desde las tribunas del Nuevo Gasómetro instaló una canción que se convirtió en el hit del verano y en un tema de agenda –y de preocupación– para la Casa Rosada. Fue allí, en el Bajo Flores, que nació el cantito contra el presidente Mauricio Macri que ya tiene covers y se replica en muchas canchas del país.
El hit, con la melodía de una publicidad perdida en el fondo del tiempo, tiene un alcance que incomoda a funcionarios, dirigentes y hasta jugadores y árbitros. De hecho, fue el titular del Sindicato de Arbitros Deportivos de la República Argentina, Guillermo Marconi, quien sugirió suspender los partidos cuando se escucharan insultos al Presidente.
Sucede lo que sucede casi siempre: el abogado Marconi, que simpatiza con el macrismo, habló para complacerse con algunos funcionarios cercanos, pero embarró más la situación: ni el Gobierno pretendía tanto. “Estamos analizando si se encuadra dentro de un acto de discriminación”, sugirió Marconi. Tras eso, la canción empezó a viralizarse con un impulso que trascendió los estadios: en centros culturales, en la calle y en muchísimos otros espacios, el “Mauricio Macri la p... que te parió” se convirtió en una bandera sonora. “No se puede prohibir un canto porque lo convertís en uno de guerra”, le dicen a PERFIL desde la AFA, donde intentan relativizar la cuestión.
En rigor, la idea nunca fue prohibirlo –o suspender los partidos cuando se cante– sino usar algunas herramientas para que, poco a poco, el hit se vaya diluyendo. Dosificarlo, debilitar su fuerza. Incluso ridiculizarlo. Eso es lo que busca el Gobierno. La línea la trazó Daniel Angelici en los estudios de TN: “Todo nace de un error arbitral involuntario en San Lorenzo-Boca. Luego se fue repitiendo como un hit chistoso. Hoy muchos que cantan eso son votantes de Macri: lo votaron y lo van a volver a votar”, subrayó el presidente de Boca, el álter ego presidencial en el fútbol. En las últimas horas se deslizó que el Gobierno le había pedido a FOX y Turner que bajaran el sonido ambiente de los estadios cuando el hit empezara a cantarse, algo que le desmintieron a PERFIL desde la cúpula de FOX.
Duelo tribunero. La barra de San Lorenzo, La Butteler, está políticamente enfrentada al macrismo. De hecho, Christian Evangelista, alias Sandokán, estuvo muy ligado al kirchnerismo, al punto de colaborar en el proyecto para restaurar los feriados por Carnaval. Matías Lammens y Marcelo Tinelli también tienen cortocircuitos con la Rosada y con Horacio Rodríguez Larreta, en el marco de la vuelta a avenida La Plata. “Acá se animaron a tirar la primera piedra por cuestiones vinculadas estrictamente con nuestro club. No sabíamos que iba a ser la punta del iceberg. Es como el que va a reclamar a una empresa de cable. Una vez que se planta el primero, atrás se animan todos”, grafican desde el club.
River es un caso distinto. En el Monumental, donde la canción se escuchó por segunda vez, la primera plana de la barra no estaba porque cuenta con prohibición de concurrencia, con lo cual el canto fue mucho más genuino. De hecho, la protesta la encabezó la platea San Martín. Desde la cúpula de Los Borrachos del Tablón anunciaron: “Estábamos a 40 cuadras del Monumental. No teníamos idea de lo que pasaba, pero de haberlo sabido, no lo hubiéramos podido controlar”.
Boca, se sabe, es la capital nacional del macrismo. No sólo por Angelici, sino por Carlos Tevez y Guillermo Barros Schelotto, amigos personales del Presidente. La Doce, sin sus líderes, que tampoco pueden ingresar a la cancha, hizo todo lo posible por tapar el incipiente grito de un sector del estadio, que responde a Víctor Santa María, vinculado a la oposición nacional y a la del club. “Esperamos el fin de semana para alentar a Boca, no para hacer política”, le dijo a este diario un importante miembro de la barra.
La barra de Independiente se encuentra partida entre quienes responden a Pablo Álvarez, preso por asociación ilícita, y al sindicato de camioneros, cuyo líder, Roberto Petrov, también está privado de su libertad. Este segundo grupo, cercano a la familia Moyano, comenzó el grito contra el Presidente días después del acto encabezado por el líder camionero.
Del otro lado de Avellaneda, la situación es similar: Racing ha sido históricamente una institución vinculada al peronismo, y en los últimos tiempos, un bastión kirchnerista. Incluso Cristina Fernández de Kirchner cerró su campaña en el Cilindro, con un sector de la barra de La 95. En este caso, el grito provino de las plateas, pero La Guardia Imperial, lejos de frenar la embestida, no tardó en acoplarse al repudio contra el Presidente. “Nosotros alentamos a Racing pero no estamos ajenos a la realidad. No comenzamos con la canción, pero no dudamos en sumarnos”, dicen desde esa tribuna. Todo un indicio de cómo seguirá la historia en los próximos fines de semana.
(*) Esta nota fue publicada en el Diario PERFIL.