domingo 24 de noviembre del 2024

El primer triunfo colombiano en un Mundial

Un seleccionado cafetero con buenos jugadores que realizó un gran Mundial en Italia 90 y tuvo su bautismo victorioso ante Emiratos Árabes. Video.

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Habían pasado 28 años desde la única participación de Colombia en una Copa del Mundo. En 1962, el seleccionado que dirigía Adolfo Pedernera se estrenó frente a tres pesos pesados y no desentonó, salvo en el último partido. Fue 1-2 con Uruguay, que pudo darlo vuelta en el final, fue un espectacular 4-4 con la Unión Soviética de Lev Yashin ganándose al público chileno de Arica y fue 0-5 contra la siempre complicada Yugoslavia de Sekularac, donde se pagó el precio por el enorme esfuerzo por los dos partidos anteriores.

Desde aquel lejano mundial chileno hasta 1990 en Italia, hubo varias eliminatorias en el medio siempre con el objetivo final prohibido por los malos resultados. También existió el trabajo dirigencial para conseguir que la FIFA le otorgara la sede mundialista de 1986, pero todo quedó en la nada ante la negativa del gobierno colombiano para financiar la mayor parte de las obras.

Colombia se clasificó con lo justo para jugar el mundial de 1990. Quedó tercera en la tabla general de los tres grupos y obtuvo el derecho a un repechaje contra Israel. El 15 de octubre de 1989 lo venció por 1-0 en Barranquilla con un gol del Palomo Usuriaga y quince días más tarde se banco la presión israelí empatando sin goles en Ramat Gan, una ciudad vecina a Tel Aviv. Allí consiguió el boleto para Italia.

El sorteo de la Copa ubicó a Colombia en el grupo junto a Alemania Federal, Yugoeslavia y Emiratos Árabes Unidos, otro debutante. Le tocó debutar el 9 de junio en el estadio municipal de Bologna, cerquita del Mar Adriático, en la Emilia Romagna. Enfrentó al cuadro que también hacía su primera experiencia, el de los Emiratos Árabes Unidos, dirigido por el brasileño Carlos Alberto Parreira. Tenía un entrenador singular, ya que Parreira había conducido al plantel de Kuwait en 1982 y posteriormente lograría el título mundial con Brasil en 1994, además de ser el técnico de Arabia Saudita en 1998 y de Sudáfrica en 2010. Cinco países en cinco mundiales.

Colombia presentó ante el mundo al excéntrico arquero René Higuita, al sobrio zaguero Andrés Escobar, al trabajador Leonel Álvarez, al exquisito Carlos Valderrama y sus socios Freddy Rincón y Bernardo Redín. En aquel primer partido, los hombres de Francisco Maturana manejaron la pelota pero no pudieron quebrar al buen arquero Musabah. Es más, un error de Escobar casi genera el gol de los árabes.

A los cinco minutos del segundo tiempo, Leonel Álvarez quebró el mecanizado fuera de juego del equipo asiático y llegó al fondo por la derecha. Levantó la cabeza, metió el centro y fue Redín quien clavó un cabezazo abajo, junto al palo izquierdo de Musabah. Fue 1-0 y telón para las pretensiones de Parreira y sus muchachos.

Cuando el partido se iba extinguiendo entre la conformidad colombiana y la anemia ofensiva de Emiratos, un pase largo hacia la izquierda lo encontró a Valderrama sin marca. Hizo unos metros y antes de entrar al área, a puro amague, descolocó a dos defensores para meter un derechazo bajo y cruzado que venció al arquero rival. Hermoso gol de un talentoso, que estaba llegando a su esplendor como futbolista y conductor de su seleccionado.

Colombia ganó 2-0, la historia le reservó un lugar al 9 de junio de 1990 y al estadio del Bologna, como la tarde en la que el equipo que jugó vestido con camiseta roja esa vez, logró su primera victoria en la historia de la Copa del Mundo. Hubo derrota ante Yugoslavia por 1-0 tras un error del defensor Perea que permitió el tanto de Jozic y un penal que atajó Higuita en el final. La epopeya se consumó el 19 de junio, cuando Colombia le empató en tiempo adicionado a la poderosa formación alemana, que días después se quedaría con aquella Copa del Mundo.

El héroe fue Freddy Rincón y su remate milimétrico que pasó entre las piernas de Bodo Illgner, el arquero alemán. Littbarski había puesto el 1-0 a los 87 minutos y casi sin tiempo, una hermosa jugada donde participaron cinco jugadores originó el festejado empate.

El 23 de junio definió el pasaje a cuartos contra el sorprendente Camerún, en Nápoles. El partido finalizó sin goles y en el suplementario el veterano y talentoso Roger Milla adelantó por dos veces a Camerún, aprovechando en el segundo gol una maniobra poco feliz del arquero Higuita que le permitió llegar hasta el arco vacío y convertir. El descuento de Redín sirvió para poco y la ilusión se esfumó. Fue un golpe fuerte para un equipo que podría haber avanzado más en aquel mundial porque tenía razones futbolísticas para hacerlo. Pero nadie le sacará el éxito del 9 de junio, aquel primer triunfo que se saboreó como lo más esperado de su historia.