Más allá de los hechos violentos que dominaron la escena de la revancha de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, la Conmebol, como órgano rector del fútbol sudamericano, dejó nuevamente expuesta su falta de capacidad y resolución, en un torneo con el que esperaba renovarse y que terminó siendo una vergüenza.
Mucho tiempo se esperó para este momento. Demasiado se habló sobre lo que pasaría, las especulaciones y los supuestos, pero la violencia empañó las cosas y en dos días se habló de todo, menos de fútbol. Ahora, la final quedó manchada en medio de una nebulosa.
En un estadio Monumental desolado por la ausencia de los 65.000 espectadores que concurrieron el sábado, y apenas un puñado de fanáticos que se acercaron temprano con la ilusión de ver el partido, la Conmebol anunció la postergación.
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, anunció por televisión que el partido estaba "postergado" y citó a los presidente de ambos clubes para definir el nuevo día y horario de la final en Asunción.
El próximo martes 27, a las 10 de la mañana, se reunirán los titulares del organismo y los de ambos clubes. Será en la sede de la Conmebol, en Luque (Paraguay). Allí decidirán la nueva fecha para disputar el partido pendiente.
Daniel Angelici anunció que pedirá a la Conmebol que el Tribunal de Disciplina se expida ante el escrito que presentaron para reclamar los puntos y por ende la obtención de la Copa Libertadores.
En el reclamo, enviado por mail y con copia en papel, los dirigentes del Xeneize apelan a la utilización del artículo 18 del reglamento de la Conmebol, el cual dictamina una serie de sanciones que "podrán imponerse, individual o conjuntamente por una misma infracción, a las asociaciones nacionales y clubes, de conformidad con el Artículo 64 del reglamento de la Conmebol".
En uno de los incisos del artículo 18 se menciona la posibilidad de "jugar el partido en un tercer país". En referencia a esto, sumado a la cercanía con el inicio del Mundial de Clubes (12 de diciembre), circuló un rumor respecto a mudar el partido decisivo a Abu Dhabi, algo que quedó descartado.
El apretado calendario que tiene el final del 2018 en el mundo del fútbol, sobre todo en Argentina, llevó a que se baraje el sábado 8 de diciembre como posible fecha de disputa de la Superfinal.
Para Rodolfo D'Onofrio, presidente de River, no cabe duda que la definición del campeón de la Copa Libertadores con Boca será en el Monumental y con la presencia de hinchas del Millonario.
Lo cierto es que se resolverá el martes en las oficinas de la Conmebol, donde las autoridades primero deberán expedirse sobre el reclamo de Boca y luego, en caso de desestimar la descalificación de River, reprogramar el tan ansiado duelo definitivo.
CV y agencia NA.