Queda claro que en el fútbol argentino hay tantas diferencias de opiniones como las tonalidades de los colores para pintar una casa. A veces son sutiles, a veces son enormes. Sin embargo, ningún futbolero con un mínimo de conocimiento puede dejar de destacar al buen equipo que armó Sebastián Beccacece en Defensa y Justicia.
Es el escolta de Racing, tiene un plantel joven (promedia 23 años y medio) y un juego que levanta un murmullo de satisfacción en el aficionado. Defensa se defiende teniendo la pelota y atacando. Utiliza los espacios como casi nadie. Abre el campo en sus 70 metros de ancho, cambia de posiciones varias veces durante un mismo partido a varios de sus jugadores, prepara acciones sorpresivas con pelota detenida o con ataques muy veloces que generalmente se producen por los costados.
Siempre la pelota por el suelo, con un toque preciso, con jerarquía, sin brusquedades, pero sin tibieza tampoco. Beccacece lo ha dotado de muchas armas ofensivas que conviene recordar: el cuadro de Florencio Varela ha ganado ocho partidos y ha empatado seis. Invicto en 14 juegos, hizo 20 goles, lo superan solamente Racing, Atlético Tucumán e Independiente. Posee la tercera valla menos vencida con 9 tantos detrás de River y de Racing.
Defensa acecha al líder de la Superliga
Ha convertido diez tantos de zurda, uno de penal, dos de tiro libre, dos de cabeza, uno en contra y cuatro con la pierna derecha. Ocho jugadores se han anotado en el marcador, luciéndose el paraguayo Matías Rojas, que volvió de Lanús y mostró su categoría al meter dos tiros libres pero además lució su elegancia y su despliegue. Es el goleador del equipo, incluso por encima de Nicolás Fernández, que lleva cuatro conquistas pero parece estar peleado con el arco en los últimos partidos de la Superliga.
Una característica básica es que la mayoría de los jugadores vienen de ocupar segundos planos en otros planteles: Unsain fue adquirido a Newell’s y se adueñó del arco. Barboza volvió tras su paso por River y haber comprobado que no tendría lugar. Lisandro Martínez demostró su enorme categoría y su polifuncionalidad. Como jugador de la escuela ñulista se dio el gustazo de hacerlo el gol con un zurdazo tremendo a Rosario Central en Arroyito y encima selló con otro remate similar el empate en Parque Patricios cuando el partido se moría y el invicto tambaleaba.
Defensa de tres, línea de cuatro, dos o tres atacantes, velocidad, dinámica, pases de primera, centros aéreos para buscar la cabeza de Marcelo Larrondo, llegar al área y provocar la infracción para que ejecute Matías Rojas, los desbordes de Ciro Rius (uno de los pocos que ya ha cumplido los 30 años), el objetivo del arco contrario como punto final de la tenencia de la pelota y la interrupción del juego rival por prepotencia de despliegue, hacen a Defensa un cuadro incómodo, molesto, nada recomendable como oponente.
Para colmo, la juventud del equipo se vio potenciada por la dura lesión que sufrió Pancho Cerro (Francisco, el ex Quilmes, Vélez y Racing) que lo mantendrá alejado hasta la nueva temporada y porque también Jonás Gutiérrez soporta una dolencia de larga recuperación. Los pibes cumplen, algunos se destacan más que otros, pero la clave es la buena relación con el entrenador –que todavía no cumplió 40 años- el esfuerzo de Beccacece y sus colaboradores por estar en todo lo que necesitan sus jugadores, la planificación aceitada y por sobre todo, la larga búsqueda de variantes ofensivas, de ejercicios con pelota que permiten diversificarse y tener a lo largo de un partido un menú de opciones que marean y confunden al contrario.
Beccacece "cruzó" a Sampaoli por seguir en la Selección
Ganar cuatro partidos seguidos como visitante a Independiente, Central, Godoy Cruz y San Martín de San Juan no sucede muy seguido. Mantener cerrado el arco propio en la mitad de los encuentros tampoco. El buen comportamiento en la cancha -27 amarillas en 14 partidos ni siquiera dos por encuentro- ningún penal en contra, ningún expulsado, demuestran la confianza en un proyecto que amenaza con conseguir éxitos mayores.
Justamente, fue un árbitro brasileño (Raphael Claus) quien con una decisión equivocada le impidió llegar a las semifinales de la Copa Sudamericana. Le anuló un gol a Defensa en el partido en el que superó por 3-1 a Junior de Barranquilla, pero quedó afuera por el gol visitante. En tierra colombiana también lo habían perjudicado. Antes, el bravo equipo de Beccacece se había cargado a América de Cali (goleando 3-0 en Colombia), a El Nacional de Quito y finalmente a Banfield.
Hoy, buena parte del periodismo especializado habla de cómo juegan los muchachos de Beccacece, el ex ayudante de Jorge Sampaoli que regresó a “terminar lo que había empezado” cuando dejó el club tras el llamado a la Selección Argentina. En aquel momento, el ciclo del entrenador rosarino se produjo durante el torneo 2016/17 con 20 partidos de los que ganó 13, empató 2 y perdió 5. En la suma, las cuentas lucen rebosantes: 21 victorias, 8 empates y 5 caídas: el 72,5% de los puntos obtenidos. Brillante. En juego y en resultados.
De aquel equipo versión 2017 se alejaron Dylan Gissi, Andrés Cubas, Tomás Pochettino, Franco Cristaldo, Fernando Márquez, Gonzalo Castellani, Juan Cruz Kaprof, el arquero Gabriel Arias y Horacio Tijanovich. Unsain ocupó el puesto vacante cuidando los palos, llegaron Blanco y Togni desde Independiente, Rojas desde Lanús, los experimentados Larrondo, Gutiérrez y Cerro, el defensor Tripichio con la venia de Vélez, el tanque Huguenet desde Newell’s y hasta Barboza deshojó la margarita y resolvió volver. Rafa Delgado, Miranda, Nico Fernández y Bareiro mantuvieron sus lugares de la temporada anterior. Armaron un cuadrazo con ideas innovadoras, claras y con la mente en tener la pelota, distribuirla y agredir. Así da gusto. Defensa hace Justicia con su fútbol.