martes 26 de noviembre del 2024

El ciclo Alfaro: un desafío sin margen de error

Por Juani Hernández (*) | Siempre medido en sus palabras, el flamante DT de Boca reconoció que no hay purgatorio: "Es salir campeón o nada".

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Cuando recibió el llamado del mánager Nicolás Burdisso, supo que le estaban ofreciendo algo que no solo le cambiaría la vida, sino que le dejaría en claro que si aceptaba la propuesta su concepto de fracaso ya no sería el mismo. Porque Gustavo Alfaro supo que al dar el sí para sentarse en el banco que dejó Guillermo Barros Schelotto hay un solo objetivo: la tan esquiva Copa Libertadores. Esa será la única medida de éxito que será tenida en cuenta para analizar su estadía en Boca. Si no, habría que preguntarle al Mellizo...

Apenas se sentó al lado de Daniel Angelici en su presentación, el ex entrenador de Huracán expuso la única meta que satisface al hincha de Boca. Es que no hay otro resultado que ser campeón de una Copa que lo vio perder con River, en Madrid. "La Libertadores es un anhelo, deseo ferviente por parte del mundo Boca. Para eso venimos, para eso trabajamos. Cada Copa Libertadores Boca la juega a ganar y la tiene que ganar. Por eso digo que Boca no tiene purgatorio: es salir campeón o nada", dijo Alfaro cuando le preguntaron si era consciente de que el único objetivo a cumplir era ser el mejor de América.

Pero no solo para Boca es una cuenta pendiente la Copa Libertadores. Para el DT también es algo que le hace falta en su CV: “Siento que todavía tengo muchas cosas por dar, por conquistar y por luchar. Si algo le falta a mi carrera es ganar una Copa Libertadores. En 2014, cuando me echaron de Arsenal, con los jugadores sentíamos que íbamos a jugar la final que ganó San Lorenzo. Siento que es para mí una deuda y que me encuentra en un momento del club en el que necesita recuperarse".

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Eso o nada. En este fútbol argentino en el que los resultados mandan por sobre los proyectos, en Boca eso se potencia sobremanera. Porque no importan los resultados, sino "el resultado". En Casa Amarilla, Alfaro comenzó su ciclo como entrenador sabiendo que todo su proyecto se basará en que el 23 de noviembre, en Chile, levante la tan ansiada séptima Libertadores. Esa que, a pesar de haber obtenido dos Superliga, le terminó costando el puesto a Guillermo.

En esa búsqueda del resultado, el nuevo DT xeneize ya dejó claro que su camino será con un plantel mucho más acotado que el superpoblado de la temporada anterior. Y en una entrevista con el sitio oficial del club, Alfaro marcó distancia con respecto al ciclo de su predecesor: "No me gusta trabajar con planteles tan numerosos porque lo importante es que todos tengan el mismo nivel de oportunidades. Las trayectorias se respetan, pero el terreno te devuelve a la realidad. El fútbol es siempre presente". ¿Será un mensaje consensuado por una dirigencia que ya dio el mensaje de bajar los costos por la suba del dólar?

El estilo de juego que tendrá su Boca es otra de las cuestiones que se plantean de entrada para un técnico catalogado como conservador. El mismo Alfaro se autodefinió como "un ladrón profesional" a la hora de describir su estilo. La diferencia es que ahora tendrá una cantidad de recursos muy distintos a cuando surgió en Atlético Rafaela: "La posibilidad que te da Boca es que podés abrir el ropero y tenés la ropa para la ocasión. Hay veces que el partido te va a pedir tenencia, hay veces que te va a pedir presión... La virtud de este plantel tiene que ser adaptarse a las cosas que pide el partido. Para eso tenemos que tener un sentido de pertenencia".

Alfaro está ante el desafío de su vida. Y solo tiene un resultado que calmará a un club que fue herido de muerte en su orgullo en Madrid, el pasado 9 de diciembre. La Copa Libertadores estará presente hasta en los buenos resultados. Por eso, el ciclo de Alfaro al frente de Boca no tendrá término medio: o la gana o fracasa. ¿Proyecto? De eso en Boca, a pesar de la contratación de Burdisso como director deportivo, no se habla.

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Primeros intentos. El mercado de pases ya empezó. Al menos, ya empezó con su interminable cadena de rumores, supuestos intereses, compras y ventas. Boca, por supuesto, no está ajeno a esa situación, sobre todo luego del ciclo cumplido que significó la derrota en la final de la Libertadores contra River y de la llegada de Alfaro como entrenador. El plantel se entrena en el predio de Los Cardales, pero las principales noticias estuvieron lejos de ese sitio: el presidente de Argentinos Juniors, Cristian Malaspina, reconoció el interés de Boca por Alexis Mac Allister, mientras que el club –a través de su mánager, Nicolás Burdisso– inició gestiones para repatriar a Leandro Paredes y a Nicolás Gaitán.

"Hablé con Burdisso, le conté mis ganas y mi ilusión, pero no depende solo de mí. Si es por mí, vuelvo mañana", reconoció en radio La Red Paredes, quien actualmente juega en el Zenit de San Petersburgo. "Ahora estoy más maduro y puedo ayudar. El club me dio todo y quiero devolverle algo. La derrota en la Copa Libertadores fue un empujoncito para querer colaborar", agregó.

Gaitán –también formado en las divisiones inferiores del club, actualmente en el fútbol chino después de pasar seis años por Benfica de Portugal y dos años por Atlético de Madrid– es otro de los mediocampistas ofensivos que interesan.

El que analiza ofertas para irse es el defensor Gino Peruzzi, quien no asistió a Los Cardales porque tendría decidido emigrar, dado que su puesto está cubierto por Julio Buffarini y Leonardo Jara.

(*) Esta nota fue publicada en el Diario PERFIL.