Manu Ginóbili se convirtió en una leyenda del básquet mucho antes de la emotiva ceremonia del retiro de su camiseta en San Antonio Spurs el pasado 28 de marzo. Julio Lamas, el DT que lo hizo debutar en un Mundial con la camiseta de la Selección argentina, fue uno de los miles que dejaron escapar una lágrima detrás de la pantalla.
"Pensaba en él y en el básquet argentino. No me sorprendió que San Antonio le diera tanta importancia por lo que le aportó él al equipo. Sí me sorprendió que las estrellas de otros equipos de la NBA, que a lo que ocurre por fuera de los Estados Unidos les pasa por el costado, lo reconocieran, así como otras estrellas del deporte", remarcó el actual seleccionador de Japón en una charla con 442.
Era 1998 y Argentina disputaba el Mundial de Grecia. Una generación de jóvenes jugadores, que luego serían campeones olímpicos en Atenas, comenzaba a asomar y uno de ellos era Ginóbili. "Hacerlo debutar a Manu fue fácil. El mérito fue de él. En ese momento vi un jugador bastante completo en sus características tácticas, técnicas y físicas y un fuego extra que me hacía pensar que estaba para grandes cosas. No imaginé que para tanto, para llegar a la luna o la NBA...", recuerda Lamas.
A la hora de definir a Ginóbili, Lamas sostiene que "no existe el jugador perfecto, pero en Manu no encontré ningún defecto".
"El abanico de habilidades y virtudes a Ginóbili lo hace único, con el agregado de que lo hizo durante 20 años seguidos sin ningún problema. Entonces estamos hablando de una leyenda del deporte", resumió a este sitio.
(*) Editor de 442