Desde que Max Verstappen se transformó en el eje de Red Bull, la silla del compañero terminó siendo, más que una oportunidad, un examen permanente. Piloto que llega, piloto que queda bajo la lupa. Y casi todos terminan igual: desgastados, desplazados o buscando refugio en otro equipo. El caso más reciente es el de Yuki Tsunoda, que después de intentar afirmarse en 2025 quedó directamente fuera de la grilla para 2026.
Tsunoda venía empujando desde abajo, con algunos destellos y la confianza interna de que podía dar el salto. Pero cuando le tocó compartir equipo con Verstappen, la diferencia de rendimiento se hizo evidente. Su año terminó siendo un sube y baja, sin resultados que le permitan sostener la butaca. Para la estructura, la decisión fue concreta: renovar con un joven proyecto y mover a Tsunoda a un rol secundario. Sin contrato titular para la próxima temporada, hoy su futuro es una incógnita, y su paso por el equipo principal parece ya parte del pasado.
Antes de él, varios vivieron una historia similar. Pierre Gasly, actual compañero de Franco Colapinto fue uno de los primeros en sentir el impacto: llegó con la promesa de ser el futuro del equipo, pero nunca pudo adaptarse al ritmo y a la presión. Duró apenas medio año y debió volver a la escudería satélite para relanzar su carrera.
Alexander Albon pasó por un camino parecido. Mostró buena mano, sumó algunos resultados que ilusionaron, pero la brecha con Verstappen nunca terminó de achicarse. Terminó fuera del asiento principal y más tarde buscó continuidad en otras estructuras, donde encontró un ambiente menos turbulento.
Daniel Ricciardo es, quizá, el caso más emblemático. Fue el único que pudo competirle de igual a igual por un tiempo. Pero la convivencia con un SuperMax cada vez más rápido y con un equipo volcado casi por completo a su figura lo fue empujando a probar suerte en otros proyectos. Aunque logró algunos momentos importantes fuera de Red Bull, con el tiempo su carrera entró en la curva final.
Sergio Pérez fue quien más resistió. Ganó carreras, fue pieza clave en mundiales de constructores y tuvo puntos altísimos. Pero incluso él, con experiencia y temple, terminó quedando expuesto a la misma dinámica: el margen de error era mínimo, y cada temporada reforzaba la sensación de que el neerlandés crecía más rápido y que el ritmo de Checo no era suficiente.
Previo al japones, Liam Lawson tuvo tan solo dos carreras en el inicio de este año. A principio de 2025 fue un movimiento de último recurso y propio desde RB, fueron para atrás con su decisión.
El recorrido de todos ellos deja un patrón claro: compartir equipo con Verstappen implica enfrentarse a un nivel de exigencia alto. Tsunoda, ahora sin asiento para 2026, simplemente se suma a una lista que en redes sociales ya es motivo de burla para el equipo de la bebida energética, luego de cambiar nuevamente de acompañante. ¿Esto le sirve al equipo? porque a los pilotos no.
LT.
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