Cuando Daniel Fonseca llegó a River, a principios de 2002, ya era un delantero con largo recorrido en el fútbol. Había jugado en la selección de Uruguay y también en el fútbol italiano. En la Roma había tenido como entrenador a Carlos Bianchi, quien años más tarde ganaría todo con Boca.
En una reciente entrevista, Fonseca no dejó bien parado al Virrey. Recordó que el DT argentino "fracasó las dos veces que salió" de Argentina.
En enero de 1997, el uruguayo quiso dejar la Roma. Le pidió a Bianchi, por entonces entrenador del equipo de la capital italiana, que intercediera a su favor con los dirigentes: "Le pedí que en enero me dejara salir. Le dije que iba a hablar con el presidente del club y lo único que le pedí era que él le diga al presidente que no me necesitaba. ‘Olvidate yorugua, tenés todo mi aval’, me dijo Bianchi. El presidente no quería que me fuese, y le dije que si Bianchi me dejaba salir, que por favor permitiera que me vaya".
"Cuando el presidente le fue a preguntar a Bianchi, este le dijo: ‘Es un cambio perfecto para los últimos quince minutos’. Yo le gané dos partidos y lo salvé que lo echaran. Luego me fui a la Juventus, pero ocho meses después. Las dos veces que salió al exterior, fracasó", dijo el ex futbolista surgido en Nacional de Montevideo en diálogo con Sport 890.
Cinco años más tarde recaló en River. Ramón Díaz se lo pidió a José María Aguilar para disputar la Copa Libertadores de ese año. En su primer partido, en Mendoza, Fonseca le convirtió un golazo de tiro libre a Boca. Fue el empate 1 a 1. Juan Román Riquelme había abierto la cuenta para el equipo que por entonces dirigía Oscar Tabárez. En los penales, River se quedó con la Copa Desafío.
Tampoco es grato el recuerdo que le quedó de Ramón Díaz: "Por dos meses en Argentina los hinchas de River me hacían sentir Dios. Lo que van para adelante es increíble. Y me sentí bárbaro. Ramón Díaz, en ese momento, me dice: ‘Yorugua, preparate bien que dentro de un mes empieza la Copa Libertadores y no venís de mucho fútbol. Necesito que estés mejor físicamente".
"Trabajé como pocas veces en mi vida. Pero luego empezó la Copa Libertadores y jugaban otros. Me dijeron que Enzo no tenía mucha empatía con Ramón Díaz. ‘Seguramente vas a tener un inconveniente con el técnico’, me planteó el presidente (José María Aguilar). Y así fue. Hasta que al cuarto partido de Copa, que jugamos contra el América en el Monumental, no sé si me puso seis minutos, una cosa vergonzosa. Entonces fui al vestuario y le dije de todo", cerró.
AM