jueves 12 de diciembre del 2024
Fútbol y coronavirus

El ex River que debió sobrevivir en Ecuador: "No tenía ni un paquete de fideos"

Facundo Affranchino relató el calvario sufrido en medio de la pandemia por el coronavirus y el abandono de su club.

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La pandemia por el coronavirus genera serios problemas en todos los sectores de la población. Los futbolistas no son la excepción en estado crítico y el caso de Facundo Affranchino, ex jugador de River con actualidad en el Olmedo de Ecuador, es un claro ejemplo de las dificultades económicas en tiempos de crisis. 

"Fue una supervivencia. Comíamos lo que encontrábamos con mi novia. A veces ni siquiera, nada que ver con un almuerzo o con una cena. La cuestión era llenar la panza de alguna manera. Un compañero me ayudó un poco, pero no podía pedir mucho porque no sabía si lo podía devolver. No tenía sueldo, no tenía dinero y la sufrimos mucho", contó Affranchino, de 30 años en declaraciones a la agencia Télam.

El lateral, nacido en Paraná, fue repatriado hace una semana por Aerolíneas Argentinas gracias a la gestión que realizó la embajada en Ecuador y ya está con su familia en su ciudad.  

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"Estuve tres meses sin cobrar en un país dolarizado y, como no estoy sobrado económicamente como para mantenerme, ya no teníamos recursos para vivir. De Argentina no me podía salvar nadie porque los medios para mandar dinero estaban cerrados. Comíamos un té con galletitas, unas tostadas, y eso era nuestro almuerzo o cena porque no teníamos ni un paquete de fideos", relató Affranchino, quien debutó en 2007 en la Primera de River. 

Además, el futbolista entrerriano enfatizó sobre al maltrato de los dirigentes del club Olmedo. "El vicepresidente me había bloqueado el teléfono. Fue una locura, nunca se preocuparon por mí, fue un sufrimiento porque encima mi familia no podía hacer nada. En 13 años de carrera nunca viví una situación así; no se lo deseo a nadie".

Por último, Affranchino hizo un comentario crudo de cómo se vive la crisis del coronavirus en la localidad de Riobamba, Ecuador. "Me asusté mucho porque al que estaba infectado nadie lo iba a buscar, nadie lo atendía. Te recuperabas o te morías. De hecho mucha gente se murió en las casas, con cadáveres que permanecieron cuatro días en sus domicilios. Las familias hasta quemaron los cuerpos de la víctimas en las calles, cuerpo tirados en los contenedores de basura", describió. 

FH