Alejado de sus versiones más épicas, esta selección de Uruguay se caracteriza no por su histórica garra charrúa, sino por el juego asociado en el mediocampo, con más estética que sacrificio: Vecino, Valverde, Bentancur y De La Cruz son los ejemplos de ese cambio de estilo.
Sin embargo, la nueva tendencia que intenta instalar el Maestro Tabárez despertó muchas críticas, sobre todo luego de la derrota contra Argentina en el debut de la Copa América, y del posterior empate contra Chile en la segunda fecha.
Horas antes del partido ante Bolivia que finalmente clasificó a la Celeste, cuando todavía no había certezas de cómo iba a formar el equipo, circuló un audio de un hincha uruguayo del interior del país (se reconoció como un “canario”, el seudónimo con el que llaman a las personas que viven fuera de Montevideo) que cuestionaba la falta de garra del mediocampo.
Luego de cuestionar las comodidades de los futbolistas de la actualidad y de pedir a Agustín Canobbio (de Peñarol) en el mediocampo, el hincha empieza a recordar y a pedir a los gritos que vuelvan los ochenta (en el fútbol): “El pelito con gel, el cortecito... ¡Melenaaaaa! ¡Melena y barba como en los ochenta! ¡Charrúas somos, charrúas no europeos!”.
