viernes 26 de abril del 2024
Análisis

El impacto del coronavirus en el fútbol

La pandemia de covid-19 demostró que se puede vivir sin fútbol pero, en esas condiciones, vivir es apenas subsistir. Para los futbolistas, el cambio de vida fue radical.

El fútbol está paralizado. Tanto los picados entre amigos como los partidos por Copa Libertadores o Champions. Si hay un lugar, en estos tiempos de pandemia, adonde todos miran para intentar vislumbrar el futuro es a Europa. Específicamente a la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA) presidida por el esloveno Aleksander Ceferin, quien en las últimas horas encabezó la reunión de comité ejecutivo, con las cincuenta y cinco federaciones nacionales.

Desde la virtualidad intercambiaron datos sobre el impacto, principalmente económico, del coronavirus y analizaron la evolución futura de las competencias nacionales e internacionales. Desde las oficinas suizas, sostienen enfáticamente la importancia de concluir los tornes locales a puertas cerradas. De esta forma, se garantiza la resolución de las clasificaciones del año entrante para que después, una vez que las fronteras estén más permeables y exista una aceptación de las autoridades sanitarias, se pueda afrontar la definición de las competiciones continentales actuales.

El criterio de las federaciones no es unánime. Mientras la Bundesliga planea retomar la competencia el 9 de mayo con partidos a puertas cerradas y un tope de 250 personas presentes en el estadio, la liga belga dio por concluido el torneo y coronó campeón al Brujas. Entre los países que están en un limbo, en un extremo está Italia donde los veinte clubes de la Serie A resolvieron concluir la temporada ni bien el Gobierno lo permita y, del otro, la liga holandesa que está muy cerca de dar por terminada la temporada. El tema que no está claro es la resolución, porque el Ajax y el Az Alkmaar están apareados en la cima, pero el primer ministro Mark Rutte ha comunicado que no habrá fútbol profesional hasta el 1 de septiembre.

Ante el escenario europeo incierto y con el riesgo de que las suspensiones se repliquen, Ceferin convocó a la nueva reunión y brindó una entrevista con el Corriere della Sera afirmando que “el fútbol sin espectadores no es lo mismo que el fútbol con espectadores pero seguro que es mejor a que no haya nada: porque al menos se puede ver por televisión”. Los jugadores no están tan convencidos.

“Tuvimos una semana de descanso y cuando volvimos 23 de los 25 jugadores estábamos enfermos. No es broma. Jugamos contra el Cagliari y después de unos minutos, uno de nuestros defensores tuvo que abandonar el campo. No pudo continuar y casi se desmaya” dijo el delantero belga del Inter de Milán, Romelo Lukaku, en un vivo de Instagram hace unos días. Su opinión es generalizada.

Dese la perspectiva epidemiológica, a los futbolistas se los puede considerar una cohorte especial. Son un grupo homogéneo de jóvenes que tienen una ínfima morbi-mortalidad pero un elevado nivel de exposición al Covid-19, ya que viven y trabajan en un entorno de mucho contacto y son viajeros frecuentes. Por este motivo, no sorprende que se hayan infectado prontamente en su gran mayoría y hayan resuelto el cuadro en un corto plazo, sin precisar de asistencia médica especial.

Para analizar la situación argentina en el medio de la pandemia, el jueves 23 a las 18 horas, con protagonistas de diferentes clubes, se realizará un webinar gratuito y abierto, por Facebook Live, para analizar el impacto del coronavirus en el futbolista. Organizado por la subcomisión de ciencias del deporte de la AATD (Asociación Argentina del Traumatología del deporte) intentará abordar el conocimiento existente hasta el momento sobre un tema absolutamente nuevo y donde no hay experiencias previas: entrenamiento en cuarentena, el efecto del distanciamiento social en el jugador y la relación entre ejercicio e inmunidad.

En los últimos días, mucho se ha especulado sobre la implicancia de algunos partidos de Champions League en la diseminación de la enfermedad por Europa. También, algunos textos, hipotetizaron sobre el posible rol del futbolista como un “superspreader” o superdiseminador: término utilizado para definir a una persona cuya capacidad para transmitir una enfermedad sea superior a la de los demás. No hay certezas, al momento.

Lo que si se está diseminando y está comprobado entre los futbolistas es el temor. “Desde el cese de actividades ha habido un incremento notable de reportes de ansiedad y depresión en futbolistas que deben lidiar con el aislamiento, la suspensión de sus vidas y la incertidumbre absoluta sobre su futuro” afirmó Vincent Gouttebarge, jefe médico del sindicato mundial de futbolistas (FIFPro) con los datos de una nueva investigación. Sobre la realidad argentina no hay datos, Futbolistas Argentinos Agremiados no ha informado sobre el tema y, hasta el momento, muchos de sus afiliados siguen sin recibir la vacunación antigripal recomendada.

Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes argentino, anticipó que “el fútbol es una de las últimas cosas que se van a liberar" de la cuarentena. En marzo se especuló sobre si el fútbol podía o no continuar a puertas cerradas un par de semanas más para evitar un largo parate, devastador para las economías de los clubes y, por ende, de las personas que dependen del normal funcionamiento de las instituciones deportivas para su subsistencia.

Nada hace presagiar que las condiciones sanitarias mejoren de aquí a las vacaciones de invierno cuando se estima que empiecen a descender el número de nuevos casos. La cuarentena obligatoria está surtiendo efecto y el pico de contagios cada vez se vislumbra más tardío y menos agresivo. Ese paso del tiempo, favorable para el sistema de salud, no es visto de la misma manera desde los clubes.

“Sería una irresponsabilidad y un mamarracho decir cuando vuelve el fútbol porque si llega a pasar algo el responsable soy yo” sentenció con criterio el presidente de la Asociación del Futbol Argentino, Claudio Tapia. En esa indefinición también está en vilo cómo se definirá la temporada: si concluye o no la Copa de la Superliga, si habrá o no descensos, si se cambia nuevamente de formato de competencia.

Por ahora, para el futbolista, el futuro tiene sólo dos consignas: seguir las decisiones de las autoridades sanitarias y tratar de sobrepasar el trauma con el menor impacto posible. Dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte. Ojalá aplique para el fútbol.