jueves 25 de abril del 2024
Ranking arbitrario

Cuáles son las camisetas más feas de la historia

Por Germán del Pozzo | Por diseño, por los colores o porque no tienen nada que ver con los clubes que representan. Acá va un ranking con los casacas más impresentables del fútbol argentino. Cinco modelos que fueron efímeros pero quedaron en la memoria porque son un verdadero espanto.

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Y pensar que en algún momento alguien que trabaja de diseñar camisetas para una importante marca de ropa deportiva pensó: “¡Tengo la nueva camiseta de Racing! Listo, la hacemos rosa y celeste, con cuatro cuadros grandes. ¡Qué bueno que soy en esto!”. Y por esa idea cobró unos buenos mangos. 

Pensar, también, que los jugadores de San Lorenzo salieron a jugar un partido con una casaca negra con una manga amarilla, una interpretación libre, muy libre del cuervo, y los de Independiente usaron una amarilla sin la más mínima referencia al rojo ni al blanco.

Pero hay algo peor que los que fabrican ropa ridícula y los que usan ropa ridícula: los que compran ropa ridícula. Al tipo que labura de pensar diseños y cobra por eso, se lo entiende. Al jugador que se la pone porque no le queda otra, se lo indulta. Pero que existan hinchas que pagan más de dos mil pesos por una remera absurda es, siendo generoso, una estupidez.

Los diseños ridículos se suelen amparar en un accidente. Resulta que el equipo jugó un amistoso contra un combinado del ascenso hace dos mil años y el utilero se olvidó de llevar el bolso con las camisetas, entonces tuvo que salir de apuro a conseguir cualquier cosa que se pareciera a una remera. Y los cráneos de las marcas ahora convierten ese contratiempo en un gran negocio gracias a esos hinchas que no sienten vergüenza de ponerse cualquier cosa. Porque más que camisetas, digámoslo, son una falta de respeto. En nombre de la innovación se cometieron muchos crímenes. El de las camisetas deberían ser considerados de lesa humanidad.

Pero bueno, vayamos al ránking. Arrancamos de atrás, como corresponde. El quinto lugar es para la amarilla de Independiente. ¿Una amarilla en el Rojo? Y bue, a quejarse a Puma, amigo. Fue un amor de verano: la estrenó en enero de 2014 en Mar del Plata. Y con una excusa insólita: había usado remeras de ese color en cuatro partidos de una gira por Asia en 1975. Un poco forzado.

Puesto número cuatro: la violeta de Boca. Tuvo sus quince minutos de fama en 2012, también en el torneo de verano. Es una camiseta con destino de gastada. Y así fue. Lo más leve que le dijeron a los jugadores fue Barney. Nike no se la vendió a nadie y la dejaron de lado.

Subimos al podio. El tercer lugar es para la cuerva de San Lorenzo. Un solo partido fue suficiente para odiarla. El Ciclón la usó ante River en la última fecha del Clausura 2000. Y nunca más. No le gustó a nadie. Si hasta el presidente Fernando Miele la criticó.

El segundo puesto, muy meritorio por cierto, es para la inclasificable de River. Todo se trató de un experimento de Adidas. Y también durante un verano. La cuestión es que en enero del ‘93 los jugadores del Millonario le tuvieron que poner el cuerpo a este diseño con vocación de piyama y que además no tiene nada que ver con River.

Ahora sí, llegó el turno de anunciar al campeón de la camiseta más fea de la historia. La ganadora, por unanimidad, es... ¡¡¡la celeste y rosa de Racing!!! Un aplauso para ese mamarracho. Está bien, Topper podría argumentar que los colores tienen que ver con los orígenes del club, con pilchas que usaron a principio del siglo pasado. Pero ese diseño a cuadros es demasiado. La estrenaron en Avellaneda, ante Instituto, por el Apertura 2005. Racing perdió 3-2. A partir de esa experiencia, la declararon mufa y no la usaron nunca más. Todo muy Racing.