jueves 28 de marzo del 2024

Los Juegos, bajo el yugo del mosquito y el negocio

En vísperas del evento deportivo más grande, en Río de Janeiro hay alerta por el virus del Zika. Sin embargo, hay problemas más graves para los atletas: la contaminación.

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“Hace más de 30 años que el mosquito (Aedes Aegypti) viene transmitiéndole enfermedades a nuestra población y desde entonces lo combatimos, pero venimos perdiendo la guerra” Dr. Marcelo Castro (ministro de Salud de Brasil).

El mundo enfrenta una nueva epidemia. “Zika” (o también Zikav o Zikv) es un virus que se transmite a través de la picadura de un mosquito. Hace 70 años, fue descubierto en una especie de monos, en Uganda (África), mientras se realizaba un estudio epidemiológico sobre fiebre amarilla (otra enfermedad viral transmitida por el Aedes Aegypti). A comienzo de los 70, cuando empezó a afectar a los humanos, ingresó en el radar de la infectología. Hoy, esparcido por el Globo, pasó a ser un importante problema de Salud Pública. El deporte, como una de las expresiones humanas más convocantes, no puede quedar al margen.

Se conoce como epidemia a un aumento significativo del número de casos de una enfermedad en una zona delimitada. Es lo que ocurre actualmente con el Zika en el continente americano. Desde Estados Unidos hasta la Argentina, hay mosquitos Aedes Aegypti, potenciales transmisores de la enfermedad. Brasil por su geografía y tamaño es uno de los países más afectados. Se estima que cerca de un millón y medio de habitantes contrajeron la enfermedad. Es en este punto, donde el deporte juega un rol preponderante en la propagación del virus.

Los epidemiólogos brasileños creen que el Zika ingresó durante la Copa Mundial de Fútbol 2014, junto con los cientos de miles de extranjeros que visitaron el país para asistir a la competencia deportiva. Las investigaciones sugieren que el brote que azota a Brasil llegó de la Polinesia, donde el virus afectaba severamente a un conjunto de islas del Pacífico. Ahora, en las vísperas de los Juegos Olímpicos, se estima que podría propagarse mundialmente utilizando a los centenares de turistas que confluirán en Río de Janeiro. Lo que convertiría a la epidemia en una pandemia (aumento llamativo de casos a nivel mundial y sin discriminar continentes). Solamente desde los Estados Unidos se espera que lleguen a Brasil 200.000 norteamericanos, que luego podrían regresar infectados al verano boreal y toparse con el momento más proclive para el desarrollo del mosquito.

Mucha paranoia se ha generado en torno al Zika pese a no ser letal y que, en muchos casos, los infectados ni siquiera manifiestan síntomas. Los investigadores están enfocados, especialmente, en estudiar la asociación entre el virus y el supuesto aumento de malformaciones congénitas en los recién nacidos (siendo la microcefalia, junto con el síndrome de Guillain-Barré, las más frecuentes). Las autoridades sanitarias brasileñas han deslizado esa hipótesis en los últimos meses pero la conexión todavía no está probada científicamente.

Para los deportistas, el Zika no es una preocupación. Puede llegar a cursar sin sensaciones y muy difícilmente, alguna mujer, concurra en estado de gravidez a la competenecia. En todo caso y ante la picadura de un Aedes Aegypti, sería más preocupante desarrollar Dengue o Chikungunya: dos enfermedades virales que afectan, en mayor medida, el rendimiento físico. Así mismo, las autoridades sanitarias de la organización, han demostrado su capacidad de contener al vector (el mosquito) con medidas preventivas y fumigación, sumado a que el “frío” del invierno también colaborará para reducir el número de insectos.

Por el contrario, una cuestión a tener en cuenta que hasta el momento no generó preocupación, es la de los canoístas de velocidad y los remeros: que deberán competir en el “Estadio da Lagoa”, ubicado en la contaminada “Lagoa da Conceição”. La organización no gubernamental (ONG) “Sea Shepherd Brasil” recogió muestras recientemente en distintos puntos de la Laguna y en varios detectó una presencia superior a lo permitido de bacterias coliformes fecales (que se encuentran en los intestinos de humanos y mamíferos) y otros indicadores de contaminación: como la alta presencia de Nitrógeno amoniacal (proveniente de los desechos sanitarios y que favorece la proliferación de algas) y un PH más bajo de lo habitual (producido por contaminación humana). En la familia de las coliformes, se incluye la popularmente famosa Escherichia Coli, junto con las menos renombradas: Klebsiella, Enterobacter, Citrobacter y Serratia.

Tanto para los turistas como para los atletas que concurran a los Juegos Olímpicos, el virus del Zika no debería ser un problema grave; como sí lo es actualmente, para la población brasileña afectada. Entre las formas de controlar y evitar el desarrollo del vector que se han ido implementando, surgió la novedosa liberación masiva de mosquitos genéticamente modificados. Ellos pueden aparearse con una hembra pero su progenie es inofensiva y está condenada a morir joven. De esta forma, se busca reducir el número de vectores y, consecuentemente, de enfermos por Dengue, Chikungunya o Zika.

Oxitec es la empresa más reconocida en cuanto a producción de “mosquitos transgénicos”, y sus “creaciones” ya se utilizan en algunos municipios de Brasil. Aparentemente, el estado de Florida (EEUU) sería el próximo territorio agendado para “colonizar” y, obviamente, el miedo a la enfermedad (en este caso transmitida por el mosquito) es un efectivo impulsor de un negocio en salud: tal como quedó demostrado durante la “epidemia de gripe H1N1” y las cuantiosas ganancias de los laboratorios.

Por el momento, no hay estudios científicos fidedignos que certifiquen la inocuidad y efectividad de la implementación en el largo plazo de los mosquitos modificados; tampoco hay investigaciones que dimensionen las reacciones que generarán en el normal funcionamiento del ecosistema o que descarten que el virus, en su defecto, encuentre otro vector más agresivo para infestar (otro tipo de mosquito).

En algunos puntos, la situación se entremezcla (en su accionar) con la implementación de los cultivos modificados genéticamente y resistentes al glifosfato: que en un primer momento se consideraron inocuos para el hombre y posteriormente probaron tener efecto cancerígeno y teratogénico. Tal vez sea una casualidad, tal vez no, que Brasil sea el mayor consumidor de agrotóxicos del mundo y que algunas de las zonas del país más afectadas por la microcefalia (que supuestamente genera el Zika), también sean varias de las zonas que poseen el mayor registro de contaminación por pesticidas, según datos aportados por el propio gobierno y por la Asociación Brasileña de Salud Colectiva (ABRASCO).

A ciencia cierta, no está claro que es lo que pasa en Brasil. Lo que sí es seguro, es que los deportistas y la organización se preparan intensamente, porque faltan sólo ciento ochenta y cinco días para el inicio de los Juegos Olímpicos. El Zika es uno de las asuntos que las autoridades brasileñas tienen por delante; no es el único y está en discusión si es el más preocupante.