La preocupación por evitar que los equipos más poderosos tuvieron problemas para mantener la categoría ya eran moneda corriente a mediados de los años cuarenta. El pico más alto llegó en 1949 cuando Boca estuvo tambaleando hasta la última fecha y su triunfo por 5-1 sobre Lanús en la Bombonera le permitió salvarse por un punto. Huracán –que por esa época era un club considerado al mismo nivel de los reconocidos cinco grandes- debió desempatar con los granates en cuatro partidos y condenó al descenso a Lanús tras un par de papelones que hizo el Tribunal de Penas de AFA, favoreciéndolo claramente. En las hemerotecas se pueden encontrar los titulares de los diarios de aquel 1949: "Si Boca desciende se anularían los descensos", apareció en la mayoría de los matutinos.
Los descensos comenzaron a producirse en 1907, cuando Barracas Athletic, el equipo del Barracas English Institute que jugaba fuera del barrio por carecer de cancha propia, se retiró del torneo y al año siguiente se disolvió. Lo siguió San Martín Athletic, cuadro ferroviario británico que bajó en 1908 y, tras actuar un año en segunda, se desafilió. Otros dos equipos de prosapia inglesa se fueron al descenso en 1909, el poderoso Lomas Athletic resolvió dedicarse al rugby y Reformer, que pertenecía a los empleados de un frigorífico ubicado en Campana.
Con la irrupción de los clubes poblados de inmigrantes europeos y de sus propios hijos, la historia se amplió y el fútbol fue una epidemia. En el período 1910-1931 hubo descensos directos o simplemente se anularon por la importancia de algunos equipos. El profesionalismo recién para 1937 dispuso los dos primeros descensos a la vieja Primera B: Quilmes y Argentinos Juniors se fueron por sus pésimas campañas. Se mantuvo el esquema de hacer bajar a uno o dos equipos, dependiendo el año, hasta 1956.
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Ese año, sin embargo, se dispuso que en caso de empate en el último puesto entre dos o más equipos, se sumarían los puntos de los partidos disputados entre sí, más los obtenidos en los encuentros jugados contra los cinco cuadros que habían ocupado las primeros cinco lugares de la tabla final de posiciones. En la última fecha se armó una confusión terrible porque tres clubes se encontraron en el fondo de la tabla con los mismos puntos. Chacarita, que había vencido a Racing en la jornada final, festejó creyendo haberse salvado, pero la suma de puntos ante sus rivales de la última posición (Tigre y Argentinos Juniors) más lo que habían conseguido cada uno frente a los cinco primeros de la tabla, lo condenó al descenso. El sistema no se aplicó más.
Desde 1957, entonces, se dispuso que para definir el único descenso se sumarían los puntos obtenidos durante 1956 y 1957 y se determinaría el promedio dividiendo el resultado por dos. Atlanta, campeón de la B de 1956, tendría los puntos obtenidos en 1957 únicamente. Siguió el mismo sistema en 1958 y para el torneo de 1959 se determinó que serían tres temporadas sumadas las que marcarían al equipo que bajaría a la B. En caso de igualdad –como sucedió entre Gimnasia La Plata y Central Córdoba de Rosario- no habría desempate sino puntos entre sí y con los cinco primeros del campeonato. Gimnasia tuvo ventaja (9-6) y condenó a los rosarinos.
Con el promedio de los tres últimos campeonatos descendieron Newell’s Old Boys en 1960, Lanús y Los Andes en 1961, Ferro Carril Oeste y Quilmes en 1962. Para el torneo de 1963 se dispuso que el promedio se obtendría diviendo los puntos de las últimas tres temporadas por la cantidad de partidos jugados en ese lapso. La existencia de apenas 14 clubes en Primera A fue la causa principal de la anulación del descenso de Estudiantes de La Plata al finalizar 1963. El fácil argumento fue que había que aumentar la cantidad de participantes.
Se mantuvo el criterio de aumentar la cantidad de clubes pasando a 16 para 1964, 18 para 1965 y 20 para 1966, sin promedios ni descensos. Zafaron Newell’s Old Boys (último con una única victoria en los 30 partidos de 1964) y Chacarita (colista de 1965). Nueva modificación para 1966, al entender la dirigencia que veinte cuadros en la A ya eran demasiados: se dispuso que volvieran los descensos por el promedio de los puntos de las últimas tres temporadas.
Sin embargo, cuando faltaba solamente una fecha para el final, la AFA decidió suspender los descensos, con lo que se benefició Colón de Santa Fe, cuyos directivos habían hecho gestiones para lo que finalmente se resolvió, además de representantes de otros equipos implicados. Que se entienda bien: se jugaron 37 fechas con los promedios y antes de la última jornada se dispuso su anulación.
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En 1967 se inauguraron los dos campeones: el Metropolitano y el Nacional. Los equipos que se ubicaran en los tres últimos puestos de cada zona en el Metro, disputarían el torneo de Reclasificación donde al cabo de dieciocho fechas, los seis primeros jugarían en la A y los otros cuatro en la Primera B. Ese esquema se mantuvo durante 1968, en 1969 y 1970 hubo otro tipo de definiciones y recién en 1971 volvieron los dos descensos para los dos últimos del campeonato.
Para 1972 se resolvió ensayar otro engendro: los seis últimos de la tabla de posiciones de aquel Metropolitano disputarían un reclasificatorio que sumaría puntos y allí sí se efectivizarían los dos descensos, algo que ocurrió con Banfield y Lanús. En cambio, la historia no se repitió para el Metropolitano de 1973 porque si bien había dos descensos –que le correspondían a All Boys y a Ferro Carril Oeste- la intervención en AFA dispuso anular los mismos.
Lo mismo ocurrió durante 1974 y 1975. Las presiones políticas hicieron lo suyo y se impidió que hubiese descensos. Para 1976 volvieron los militares y también los descensos: el único afectado fue el humilde San Telmo, que disfrutó su única temporada en primera división. Entre 1977 y 1982 se mantuvieron los descensos directos. Sin embargo, el histórico retroceso de San Lorenzo puso en alerta a los clubes más poderosos y comenzó a circular la idea de recurrir a los promedios como manera de protegerlos deportivamente.
Para 1983 volvieron a utilizarse, con dos temporadas sumadas: la sorpresa fue mayor que la de 1981, porque le tocó descender al Racing Club. Dos cuadros grandes en las últimas tres temporadas alimentaron la desesperación de quienes nunca habían sufrido semejante situación. Como en diciembre de 1983 regresó la Democracia, fueron varios los diputados que presentaron proyectos en el Congreso Nacional para anular los descensos. Esta vez no fueron escuchados.
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Sin embargo, la AFA resolvió desde 1984 que se agregara un torneo más y durante las siguientes dos décadas fueron dos descensos, con el detalle de que para el período 1999/2000 se incluyeron las Promociones, otro recurso para evitar que los grandes sufrieran. Las dos Promociones duraron hasta el torneo 2011/2012 cuando San Lorenzo evitó su segundo descenso al superar a Instituto y San Martín de San Juan le impidió regresar a Primera a Rosario Central, que había sido vencido de forma similar por All Boys el año anterior.