Desde la convencional publicidad en el pecho de las camisetas y el novedoso pago de premios en moneda digital hasta la comercialización de tokens no fungibles (NFT) o el naming del estadio, son opciones frecuentemente vistas en estos últimos meses. También hay vínculos estrambóticos, que llegaron a un punto de simbiosis peligroso y que llaman la atención. Como es el caso de Deportivo Español y Generación Zoe, la empresa investigada por los organismos financieros nacionales e internacionales, que tienen un equipo de fútbol que utiliza las instalaciones del Gallego y que aporta un ingreso por distintas vías sin estar transparentado en reunión de comisión directiva ni en balances.
Al hablar del fútbol y cryptos, han sido los clubes de fútbol europeos y las selecciones nacionales quienes han tomado la delantera en ofrecer tokens para fanáticos desde hace unos años. Por ejemplo, el combinado nacional de España y los Rangers de Escocia se asociaron a una plataforma blockchain turca, el PSG sacó su propio NFT y no son pocos los equipos de la Premier League que ya tienen desarrolladas sus monedas digitales que, en mayor o menor medida, les permiten a los hinchas poseedores votar sobre una variedad de decisiones menores.
“En un mundo donde el control y la manipulación digital se han convertido en una norma, muchos creen que las criptomonedas y los NFT permiten la libertad, pero esto no es exactamente cierto”, afirmó el filósofo esloveno Slavoj Zizek.
¿Qué control tiene y puede llegar a tener un inversor con su NFT sobre los destinos de su club?
Un disparador importante en la potenciación de esta movida de NFT para los clubes y asociaciones fue la reducción de ingresos causada por la pandemia: por el parate inicial y por la ausencia de público. Según un informe de la consultora Deloitte LLP, las ventas en los 20 clubes más adinerados de Europa se desplomaron un 12%, 9.900 millones de dólares a 8.200, en el año fiscal 2020.
En ese contexto de carencia pos pandémica y crecimiento virtual, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) también incursionó en el mundo crypto y en simultáneo con la Copa América, lanzó su token. Para realizar estos emprendimientos, los equipos de fútbol se asocian a una empresa de tecnología criptográfica que se encarga de emitir los NFT y luego obtiene un porcentaje de ingresos a través de la comercialización.
La AFA hizo su primera movida con Socios.com pero luego llegó Binance, el mayor exchange crypto del mundo como main sponsor, y se desató un litigio. Más allá de lo irregular de la situación, que no deja de ser un problema entre instituciones, hay que resaltar el desarrollo y la fortaleza del ecosistema.
El emprendimiento crypto vinculado al fútbol y que puede ser un gran inconveniente cuando caiga, es Generación Zoe S.A: una empresa polirrubro que está cada vez más involucrada con clubes del fútbol argentino y es investigada por la Comisión Nacional de Valores (CNV) por la posible realización de oferta pública e intermediación irregular en el ámbito del mercado de capitales.
Desarrollada por Leonardo Cositorto, dentro de una cáscara educativa como la Universidad del Trading, fue acercándose a los clubes como sponsor salvador pero todo hace pensar, por lo que se vislumbra de sus mecanismos de acción, que sea una estafa piramidal de esquema Ponzi.
Carlo Pietro Giovanni Guglielmo Tebaldo Ponzi fue un inmigrante italiano que viajó a los Estados Unidos con el objetivo de hacerse rico y terminó muriendo en la ruina, pero su invención fraudulenta pasó a la historia con su nombre. Una estafa “esquema Ponzi” es una operación de inversión que implica el pago de intereses a los inversores de su propio dinero invertido o del dinero de nuevos inversores. Las ganancias que obtienen los primeros inversionistas son generadas gracias al dinero aportado por ellos mismos o por otros nuevos inversores que caen engañados por las promesas de obtener, en algunos casos, grandes beneficios. El sistema funciona solamente si crece la cantidad de nuevas víctimas.
“Generación Zoe” vio en el fútbol un terreno próspero para desarrollarse. Tal vez uno de los más fértiles porque hay mucha gente interesada, porque cuenta con personas popularmente reconocidas con un flujo de ingresos que permiten un ahorro y con poco conocimiento de inversiones.
El engaño de la publicidad crypto tiene un condimento especial y que trasciende a Zoe: no solo es importante instalar la marca, sino también conseguir mayor adopción de parte de la gente. Gracias a esas premisas, por ejemplo, crecen las monedas o los juegos en blockchain.
En el caso de Zoe, "agrandar la torta" es imperioso para subsistir. No hay vida sin crecimiento constante. Para eso también se valen de personas reconocidas que las difunden. En el caso de Zoe han dado testimonio Miguel Brindisi y Alejandro Mancuso, vinculados al club neonato “Deportivo Zoe” que ya disputa el Torneo Federal Amateur y también Claudio Caniggia, entre otros. Ni hablar de Ricardo Caruso Lombardi que tiene un apartado aparte.
El vínculo de Zoe con Deportivo Español permite ejemplificar perfectamente la dinámica. Al pagar Zoe los premios con cryptos, todos los futbolistas y allegados entran en el mundo virtual. Ellos acercan familia y amigos. Todos necesitan capacitarse para un mundo nuevo. La torta crece. Y ni hablar si el entrenador del equipo, en este caso Caruso Lombardi, lo apalanca. Para un jugador, quedar fuera del sistema sería consciente e inconscientemente un problema. Para un entrenador que recibe un salario impagable en la categoría y por adelantado para los próximos 6 meses difundir e instar el acercamiento a Zoe es indudablemente un buen negocio.
Diego Nunes, abogado especialista en el mundo crypto, es algo casi inevitable: “Los futbolistas que entraron en Zoe es entendible como "presión de pares" o modas. Cuando alguien en quien confías o un referente de tu actividad te presenta una oportunidad de ganar mucho dinero (que encima supuestamente es segura), es difícil decir que no. Cuando un proyecto promete algo muy por encima de lo que ofrece todo el resto, es cuando se prenden las alarmas. Eso pasó con Zoe”.
Generación Zoe te promete ingresos fijos en dólares del orden del 7,5% al 10% mensual o de hasta el 120% anual. Hay entre diez y quince empresas asociadas que van hasta una supuesta mina en un lugar desconocido y una cadena de hamburgueserías, Zoe Burger, que cuenta con un solo local en Olivos.
Dentro de los planteles, también hay jugadores “evangelizadores”, a los que realmente les ha ido muy bien con Zoe (porque han sido early adopters) y que van desembarcando en puentes cruzados entre clubes y la empresa. Román Gnocchi, actualmente en Deportivo Zoe pero ex Talleres de Escalada, San Miguel y Atlas, fue quien generó el vínculo para el reciente desembarco en la camiseta de Atlas.
Otro jugador, con buen vínculo con la empresa y que agarró enseguida la onda, es el arquero Gastón Brambatti, ex Cañuelas, Español y ahora en Chacharita (todos clubes con vínculo con Zoe), quien ya tenía inquietudes personales para estudiar ciencias económicas y contaba con un bagaje familiar (madre y hermano contadores). Cuando la mencionada compañía de las criptomonedas llegó a Cañuelas, Gastón se involucró con la empresa y acercó jugadores al sistema.
“No comparto esta movida que sostiene que es una estafa. Todo lo contrario, para Zoe es importante que los jugadores se eduquen y por eso están becados para estudiar trading en la Universidad de Zoe. Leo asomo mucho la cabeza y por eso le están pegando. A mí nunca me han fallado.”
Es entendible que para los jugadores del ascenso, el proyecto Zoe sea tentador. Acostumbrado a clubes que no pagan y a premios prometidos por los dirigentes que nunca llega, con esta empresa tienen un cash flow que no muchas veces han vivido. Un jugador afirmo: “Estamos en un oasis dentro del fútbol argentino”. Lo que parece un oasis puede ser un oasis o también un espejismo.
Desde una mirada crédula, uno podría incluso caer en la tentación de reconocer la importancia de la educación que pregona Zoe pero cuando escarba un poco más profundo es fácil darse cuenta que ese “caramelo educativo gratuito” es también la puerta de entrada a invertir tu dinero en la compañía y seguir agrandando la torta.
Desde una mirada institucional, uno podría caer en la tentación de aceptar ese ingreso exorbitante de dinero que acerca circunstancialmente Zoe y que sirve para infraestructura, premios o gastos diarios, pero hay que estar muy atento a las consecuencias si se cae (porque tarde o temprano lo hará) que pueden llevarse puesto el presupuesto del club y la vida de muchas familias vinculadas a la vida social.
“Generación Zoe” se acercó al fútbol hace dos años y por los éxitos de los clubes para muchos es la panacea. Para mí, es un zorro más vestido de cordero que vio el negocio de la estancia y se metió de encubierto. Ya veremos.