jueves 25 de abril del 2024
Pandemia

Nicaragua, el lugar donde el deporte no frena pese al amenazante coronavirus

En el país centroamericano parece que la pandemia está "bajo control". ¿Por qué no hacen cuarentena?

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Mientras el coronavirus se expande en todo el mundo y obliga a los líderes a tomar medidas drásticas como frenar la circulación de personas o suspender las actividades deportivas, en Nicaragua parece que la pandemia está "bajo control" y las competencias continúan como si nada hubiese pasado

Los torneos profesionales en el país centroamericano no se detienen. Fútbol, béisbol, ciclismo y boxeo, entre otros deportes, siguen su curso con total normalidad. 

"Creo que uno corre peligro por las circunstancias que está pasando en todo el mundo, pero hay un contrato de trabajo que se tiene que respetar", afirmó a la agencia AFP el futbolista del club Las Sábanas de primera división, José Martínez.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, aseguró el miércoles pasado, en su primera aparición pública tras un mes de ausencia, que el avance de la pandemia en el país es "lento" y rehusó declarar cuarentena, cerrar fronteras o exigir el distanciamiento social como hace el resto del mundo.

El deporte tampoco se detuvo. Esta semana se realizaron dos tours de ciclismo y el fin de semana vuelven las peleas de boxeo, que se realizan en campos abiertos, parques o gimnasios espaciosos para tratar de evitar los contagios.

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También se reactivará el campeonato nacional de béisbol, deporte número uno en el país, luego que la Comisión Nicaragüense de Béisbol Superior amenazó con sancionar a quien se niegue jugar por temor al virus.

La controversia también alcanza a la liga de fútbol, la única que se mantiene activa en América Latina en medio de la pandemia, luego que la Federación Nicaragüense de Fútbol (Fenifut) aprobó continuar con los partidos debido a la ausencia de restricciones oficiales.

¿Todo "bajo control?". En Nicaragua "no tenemos ninguna alerta ni cuarentena. El Minsa (Ministerio de Salud) dice que todo está bajo control", comentó el secretario general de la Fenifut, José Bermúdez. Dirigentes del fútbol incluso valoraron transmitir sus partidos en Europa, donde los torneos fueron suspendidos por la pandemia que deja miles de muertos.

La Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) también congeló el calendario hasta junio, pero ha respetado la decisión de la liga de Nicaragua de jugar "mientras la situación" lo permita, según Bermúdez.

Con la garantía de que todo está bien, los jugadores del Managua FC salieron animados a la cancha el pasado miércoles a enfrentar al Jalapa a puertas cerradas para evitar la aglomeración de hinchas en las tribunas. Los jugadores se lavan las manos antes del partido, usan alcohol con gel en las pausas y prescinden saludar con las manos a los árbitros y rivales.

Opiniones encontradas. Al terminar el partido, se colocan tapabocas y regresan a sus casas en micros, taxis o autos propios. Pero no todos están conformes. Al defensor Nasser Valverde, del club Walter Ferreti, le preocupa contraer el virus y contagiar a su hijo y abuelos.

"Me siento un poco triste por la situación, todas las ligas están paradas y aquí seguimos. Gracias a Dios no se ha dicho que hay más casos, eso nos tiene un poco tranquilos", confesó Valverde a AFP. Mientras que para el delantero Daniel Reyes "a veces es un poco preocupante por la situación que vive el mundo, pero confiamos en Dios que en nuestro país (la epidemia) sea menos grave".

El epidemiólogo Leonel Argüello advirtió, sin embargo, que todos los deportes implican "una interacción humana de menos de un metro de distancia", contrario a lo recomendado por la OMS y pidió que al menos le realicen la prueba del virus a los jugadores.

A juicio del opositor Eliseo Núñez, el presidente Ortega "ha priorizado la economía en lugar de la salud, porque cree que si la pandemia pega duro en Nicaragua, la comunidad internacional suspenderá las sanciones" financieras que le impuso por violar los derechos humanos durante las protestas antigubernamentales de 2018. Las protestas iniciadas en abril de ese año desataron una ola de represión que dejó al menos 328 muertos y forzó a más de 100.000 personas al exilio, según organismos humanitarios.

Fuente: AFP

FH