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River quedó a un paso de la hazaña en Brasil. Debía remontar un 0-3 para acceder a la final de la Copa Libertadores y quedó a un gol de forzar los penales ante Palmeiras. El equipo de Marcelo Gallardo fue amplio dominador, pero no le alcanzó.
El notable rendimiento de River fue tan evidente que al terminar el partido, entre los festejos de los jugadores brasileños se pudo ver al entrenador del Palmeiras, Abel Ferreira, abrazando y consolando a Gallardo. Como reconociendo la lección de fútbol que le dio a su equipo en su propio estadio.