Mientras se acerca el regreso del público a los estadios del fútbol argentino, los partidos se siguen disputando a puertas cerradas con la presencia de unos pocos afortunados que en calidad de allegados por ser dirigentes, familiares o tener un contacto sí pueden ingresar.
Este sábado, cien socios de Atlético Tucumán dijeron presentes en el José Fierro gracias a una iniciativa de la dirigencia del Decano que decidió sortear cien lugares para ver el partido con Boca.
Y como viene pasando en cada uno de los partidos de cada fin de semana, estos allegados siempre se hacen notar para mal. Esta vez se escuchó un inadmisible insulto racista contra el peruano Luis Advíncula.
Es cierto que es algo tristemente habitual en el ambiente del fútbol pero no por eso hay que dejarlo pasar y mucho menos cuando el partido se juega sin público. La deconstrucción lleva tiempo y el fútbol va años luz atrasado pero algún día deberá comenzar.
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