martes 19 de marzo del 2024

El virgen de David Luiz

El subcapitán de Brasil reafirmó su adhesión al movimiento "Yo elegí esperar", que consiste en abstenerse del sexo hasta el matrimonio. ¿Influye esta postura en su rendimiento en la cancha?

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Si hay un futbolista que no pasa desapercibido es David Luiz. Es difícil no identificarlo rápidamente en la cancha: juega con un ímpetu que pocos futbolistas tienen y, sobre todas las cosas, tiene una cabellera por demás llamativa. De hecho, más de uno de los tantos hombres de la nueva generación, afectos a la crema y la depilación, le exigen el secreto para lograr unos rizos tan definidos y rozagantes, incluso en situación de competencia deportiva.

Pero la cuestión que importa, desde ya, es que el defensor que actúa en el Paris Saint Germain es uno de los más destacados centrales del mundo, gracias a sus notables condiciones; no por nada, la Fédération Internationale de Football Association, con su incuestionable y atinado criterio, lo eligió como uno de los mejores defensores de la reciente Copa del Mundo.

Para conocer un poco más sobre los secretos que hacen del subcapitán de la selección brasileña tan reconocido futbolista hay que ir más allá de fijarse en su velocidad, en su capacidad de anticiparse a los movimientos de los delanteros, en su aptitud para cabecear y elevarse más que la media, en su formidable precisión para ejecutar tiros libres. Hay que ir, precisamente, a su vida personal: porque David Luiz, al igual que su ídolo Kaká, es parte del movimiento religioso “Yo elegí esperar”. ¿Esperar el colectivo, el tren, el taxi, el milagro? No, esperar al matrimonio para tener sexo.

Y como explican los que saben, como Miguel Piojo Herrera, para un correcto desempeño en la cancha hay que evitar las relaciones sexuales. Sí, el director técnico de México hablaba de inactividad sexual durante el Mundial; pero, bueno, si se puede aplicar más allá de la Copa del Mundo y llevarlo hasta que llegue el día de casarse, ¿qué más se puede pedir? Además, en ese caso, estaríamos ante futbolistas que nunca desgastarían energías por culpa del sexo; según se dice, para dejar de tener actividad sexual, nada como casarse.

Por lo demás, y de paso, el bueno de David Luiz sirve de ejemplo para los adolescentes del mundo todo, ya que fomenta esta campaña cuyo objetivo no es sino el de “fomentar, fortalecer y orientar a los adolescentes acerca de la necesidad de vivir una vida sexual pura y emocionalmente saludable, haciendo hincapié en la importancia de conocer el tiempo correcto para esperar a la persona adecuada y la manera correcta de vivir la experiencia en estas dos áreas de la mejor manera”.

Hablando de las dos áreas, justamente, en Brasil 2014 se pudo ver dos claros ejemplos de la influencia de “Yo elegí esperar” en el desempeño del central de París Saint Germain. En ataque, en el golazo de tiro libre que le metió a Colombia, pegándole de tan lejos, pegándole a la pelota con una fuerza que no puede provenir solo de los pies, que tiene que originarse necesariamente en una energía contenida durante largos años, atrapada y luchando por explotar. En defensa, en el fatídico 7 a 1 contra Alemania, en esas piernas extrañamente flojas, en esas manos algo cansadas para pedir offside o realizar algún gesto ampuloso de orden a un compañero; el lado positivo, en este caso, fue la relajación que mostró a pesar de los golpes.

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