viernes 26 de abril del 2024

Villas Boas, el mini Mourinho

A los 17 ya se tuteaba con estrellas. Su carrera, un calco de la de su ex jefe, sigue en ascenso. Historia de un obsesivo.

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Si tenés 17 años y sos fanático del fútbol, sabelo: podés ser técnico. El tipo al que ves en la foto, que tiene más pinta de actor de comedias rosa que de hombre del balompié, empezó su carrera a esa edad. Ahí lo tenés, sin haber jugado ni un solo partido de fútbol como profesional, hace dos meses se convirtió en el técnico del Chelsea.

André Villas Boas tiene ahora 33: la edad de Cristo. Y dirigirá a estrellas como Frank Lampard o Didier Drogba, que tienen su misma edad.

El tema con Villas Boas no es él, sino la coincidencia: su carrera parece un calco de la de Jose Mourinho, el hombre del que fue ayudante y del cual parece seguir los pasos. Estuvieron juntos en Porto, Chelsea e Inter: Villas Boas ya pasó por el primero y ahora va por el segundo. Además, comparten padrino: el inglés Bobby Robson.

Estas similitudes, el hecho de que se hable de él como el clon de Mourinho, como The Special Two, es algo que no le simpatiza. Reaccionaría ante la búsqueda de parecidos como la Tana Ferro en Un novio para mi mujer: “Gachi, Pachi, ella, el novio, el ex novio, yo y estos dos pelotudos, todos somos de Sagitario. ¡Muy emocionante! ¡Muy grosso!”.

“The Godfather”. Ilusionate, claro, aunque comprendé que hay cosas que no le ocurren a cualquiera. Villas Boas tenía 16 años cuando le mandó una carta a Robson pidiéndole que explotara a Domingos Paciencia en el Porto. Sir Robson se conmovió y lo convocó para formar parte de su equipo de trabajo, en el que estaba el actual técnico del Real Madrid: ahí se hizo la presentación entre portugueses.

Cuando el inglés partió a Barcelona, en 1996, lo mandó a hacer el curso de entrenador a la UEFA y Villas Boas se recibió en Escocia.

Su primera experiencia fue una osadía: dirigió a la selección de Islas Vírgenes y ocultó su edad porque era menor. “Era un niño, pero ellos no lo sabían. Sólo se los dije cuando me fui”, contó. Su proceso fue corto: fue el DT en dos partidos eliminatorios para el Mundial de 2002.

Ahora, con una carrera aplomada e intentando separar su nombre del de Mou, afirma: “Tengo más de Robson que de Mourinho. Tengo descendencia inglesa y me gusta beber vino. El primero me dio las ideas, el segundo me ayudó a crecer”.

El DT y su espía. Sabelo: la sola pasión por el deporte no alcanza para tener la carrera meteórica de André. “El es mis ojos y mis oídos”, lo definió alguna vez Mourinho. Villas Boas empezó como su ayudante en el Porto y después lo siguió. Hacía el trabajo sucio: se dedicaba a analizar a los rivales y hacía presentaciones en Power Point, con cada detalle para los jugadores.

Claro, la independencia que eligió Villas Boas los distanció: ahora, Mourinho prefiere no responder las preguntas acerca de su ex coequiper.

El muchacho que nació en Porto el 17 de octubre de 1977 rompió la lealtad con Mou en 2009: ahí se largó solo. Su primer desafío fue en el Académica de Coimbra, cuyo propósito era la salvación del descenso. Villas Boas lo logró: el equipo terminó 11º en la Superliga de Portugal. Por si fuera poco, alcanzó las semis de la Copa de su país.

Independencia. Solito, Villas Boas logró su propio reconocimiento. El 2 de junio de 2010 llegó al Porto. El 7 de agosto, en su primer partido oficial, conquistó la Supercopa, tras ganarle al Benfica por 2 a 0.

No te desalientes: de a poco, los datos pueden complicarte el deseo. Pero es cierto: en un año este hombre logró tres títulos: la Liga, diez fechas antes del final, la Copa de Portugal y la Europa League.

Lo hizo con carácter (era el DT más multado del torneo local por los insultos) y batiendo algunos récords. Fue el técnico más joven en ganar una competición europea: venció al Sporting Braga, de Paciencia, aquel a quien había defendido ante Robson. Y conquistó el certamen doméstico invicto, algo que el club no conseguía desde 1978.

Además, se diferenció de José: sus equipos son muy tácticos, pero priorizan el trato de la pelota y salen a atacar. Cuando ganó la Europa League, dijo: “Estoy un poco triste; deberíamos haber ofrecido un espectáculo mejor”.

Azul. En dos años de carrera solista, llegó al Chelsea. Para contratarlo, los Blues le pagaron al Porto la cláusula de 15 millones de euros: vaya inversión. Villas Boas ya hablaba inglés: su abuela paterna nació en Stockport, Inglaterra.

“Debo ganar, es lo que se espera de mí”, manifestó en la primera conferencia de prensa. Llegó para ocupar el lugar que dejó Carlo Ancelotti. El magnate ruso Roman Abramovic, dueño del club, buscó primero a Guardiola y a Mourinho. Ninguno aceptó y se quedó con él. Con 33 años es el entrenador más joven de la Premier League. Y eso que chico había querido ser periodista: su pasión era escribir.

Si tenés 17 años y sos fanático del fútbol, sabelo: la conquista de este hombre no se logra fácilmente. A él no le gusta que le digan “mini Mourinho”, aunque está claro que nadie se enojaría si es catalogado como un clon de Villas Boas.

(*) Nota publicada en la edición impresa del Diario PERFIL

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