La saga de violencia que envuelve a Newell's Old Boys no se detiene. Un negocio de la familia de Lucas Bernardi, todo un referente del equipo leproso, fue atacada con bombas de estruendo y piedras, que incluyó un mensaje al más puro estilo mafioso.
"Con Newell's no se jode", fue la amenaza que selló el ataque contra el negocio gastronómico que un familiar de Bernardi tiene en Rosario. El jugador admitió como "una posibilidad" dejar el club, del que es hincha y al que volvió luego de un paso por Europa.
"Hay que ver lo que pasa de acá a diciembre. Si puedo saber de dónde vino (el ataque) y por qué. Es una posibilidad y es lógico sobre todo por mi familia", dijo el volante de La Lepra, aunque aclaró que no significa que deje el fútbol.
"Así está el fútbol en la ciudad", señaló en torno a la violencia que reina en Rosario en torno a los dos equipos grandes, Newell's y Central, cuyo ex presidente Horacio Usandizaga fue atacado días atrás.
Al hablar con la prensa, Bernardi aseguró que no sabe quién fue aunque reconoció que lo enmarca en la situación del club. El ataque se produjo un día después del empate ante Olimpo en Rosario.
Si bien aseguró que pondrá "el pecho a la situación" mientras esté en Newell's, el volante resaltó que "esto empeora día a día". El día del partido ante los bahienses Olimpo, hubo incidentes con barras e hinchas y todo terminó con 108 detenciones.
El presidente de club, Guillermo Lorente, acusó de que la policía reprimió brutalmente y responsabilizó al comisario Hernán Brest, a cargo del operativo, a quien -dijo- no quiere tenerlo más al frente de los esquemas de seguridad en el estadio Marcelo Bielsa.
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