Quizás como nunca antes en la historia del Juego en la Argentina, la política decidió adelantarse a los empresarios y realizó, en el Congreso de la Nación, una jornada sobre "El juego, la ludopatía, las apuestas online en el deporte y sus implicancias sociales". Todos estos movimientos esconden una realidad: el negocio que viene en el rubro son las apuestas online, algo que si bien existe (Bwin, Spingol, ejemplos en la Argentina), lo hacen en un marco de legalidad precario, ya que la ley nacional del PRODE no habilita este tipo de apuestas. Pero como el Juego depende de las provincias, hecha la ley, hecha la trampa.
Existe un secreto a voces: el proyecto de la AFA y Lotería Nacional de instalar un Prode bancado, es decir, regular las apuestas deportivas, está listo para salir. Solo hace falta un decreto para salir a la cancha. El empresario beneficiado por la iniciativa sería Cristóbal López, socio junto a la firma griega Intralot de Tecnoacción, dedicada a la captura de apuestas. Pero la muerte de Julio Grondona, expresidente de la AFA, frenó todo, según reconocieron desde el entorno del empresario. A eso se suma que desde el Gobierno juran que no hay proyecto a la vista. Sin embargo, Humberto Grondona tiró la bomba en Fox Sports Radio: "Mi viejo terminó firmando lo de las apuestas. Sale en cualquier momento. Es un hecho". La negociación, como todas las que mantenía Grondona, era sin interlocutores. Ahora hay que buscar uno nuevo. En eso están.
Controles. El debate si es bueno o malo que el Juego esté presente en el deporte es, a esta altura, obsoleto. Ya está entre nosotros (pero al no estar regulado, las apuestas que se hacen hoy desde Argentina no tributan un solo peso al Estado nacional o a los clubes argentinos) y el mercado no va a frenar por la sincera oposición que pueda tener la sociedad. Lo que sí se puede (y debe) hacer es controlarlo de manera efectiva, ordenarlo y no dejar que entre la lógica del “Vale Todo” a la hora de apostar por un partido.
Hay un ejemplo para ilustrar la teoría: Matthew Le Tissier, ex futbolista del Southampton de Inglaterra, una vez tiró la pelota afuera de la cancha en el saque desde el medio. Años después contó que lo hizo para ganar una apuesta de 12.000 euros.
En el viejo continente las apuestas online crecen a un ritmo del 15 por ciento anual. Hay 6,8 millones de "apostadores online" y en 2015 los ingresos por esta actividad superarán los 13,000 millones de euros.
En Europa se puede apostar por todo, lo que hace más complicado detectar los posibles arreglos. Pero no por eso se prohíben. Lo que sí se hizo fue crear la Asociación de Seguridad en los Deportes Europeos (ESSA, en sus siglas en inglés), que vigila que no haya apuestas ilegales ni arreglos en las diferentes competencias.
Anticiparse. El Poder legislativo tiene la histórica posibilidad de observar que pasa en el resto del mundo y crear una ley del Juego online lo más virtuosa posible. Para esto es necesario que continúen
los debates públicos y se evite la improvisación. Hay temas por entender y detallar: ¿de qué manera se podrá apostar?; ¿cómo se evitará que un menor juegue desde su computadora?; ¿se apostará al resultado o por todo lo que suceda dentro del campo?; ¿cómo se gestionará que un ludópata no pueda apostar?; ¿cómo se repartirán los premios?; ¿habrá licitación pública o será como suele suceder en el Juego, dónde el negocio queda para el mejor amigo del Poder?
El debate en el Congreso fue necesario. Pero se habló mucho sobre Ludopatía y poco de modelos reales de regulación. Llegó el momento de entender el negocio para poder regularlo. Y evitar la muerte del fútbol, antes de que sea demasiado tarde.
(*) De la redacción de Perfil.com. Autor, junto a Federico Poore, de "El Poder del Juego" (Editorial Aguilar).