viernes 13 de diciembre del 2024

Arqueros en ebullición

Una radiografía de los guardianes de los tres palos en el fútbol argentino. Los jóvenes de Boca y River; la experiencia de Orion, Torrico y Campaña.

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El fútbol argentino siempre nos puede sorprender. Por su desastrosa organización, por sus altísimos índices de intolerancia y de violencia, dentro y fuera de la cancha. Por la incapacidad de sus dirigentes, por el papel del periodismo con su manía de azuzar rivalidades, por el poco respeto al adversario, etc, etc. Podríamos seguir hasta el infinito.

Sin embargo, la situación de los arqueros en el torneo de Primera resulta, por lo menos, llamativa. No estamos escribiendo puntualmente sobre la necesaria capacitación técnica que han debido tener y siguen mejorando a medida que crecen sus intervenciones con los pies. Hay otra cuestión que realmente asombra.

River y Boca tienen arqueros jóvenes: Augusto Batalla está cumpliendo los 21 años y no hace un año que se apoderó del arco millonario, sostenido incondicionalmente por el técnico Gallardo, una vez que Marcelo Barovero se alejó. Tuvo que hacer un aprendizaje fulminante para mostrar aplomo, jerarquía, ubicación y tener sus reflejos listos para sostener el arco de River, algo que siendo muy jóvenes, también llevaron adelante Amadeo Carrizo en los ’40, Hugo Gatti en los ’60, José Perico Pérez y Ubaldo Fillol en los ’70. Mal no les fue aunque al principio eran resistidos.

Agustín Rossi le ganó la pulseada al rafaelino Axel Werner mientras ambos esperan por la vuelta de Guillermo Sara, titular cuando se lesionó feo. Rossi cumplirá 22 años en agosto y Werner tiene un año menos. Con un pasado corto pero sólido en Chacarita y Defensa y Justicia, se quedó con el puesto mostrando personalidad, arrojo y una figura que genera respeto por sí misma.

En Racing todos discuten a Agustín Orión. Arribado desde la frustración boquense por la dura eliminación copera en la propia Bombonera frente a los simpáticos ecuatorianos de aquel Independiente del Valle, Orión debutó mal, pero se recuperó. El primer partido contra Talleres lo puso en la picota por el gol cordobés. Después mostró su habitual solvencia, pero en los últimos partidos decayó y fue responsable de algunos tantos rivales, provocando la desaprobación de muchos, la defensa a su exitosa trayectoria de otros tantos y una decisión que puede llegar pronto y no es sencilla: darle una chance al juvenil Juan Agustín Musso, todavía sin minutos en el arco académico. Musso tiene 22 años, catorce menos que Orión, que es clase 1981.

Independiente, un gran formador de arqueros en las dos últimas décadas, encontró un uruguayo atajador y buen lector del juego, Martín Campaña, que hoy resulta indispensable para manejar a sus jóvenes defensores. El oriental es tan importante que resultó ser la pieza más cara en el pálido campeonato anterior y su convocatoria a la selección charrúa originó que la dirigencia roja aprovechara una inédita resolución de la AFA residual para suspender su partido contra Defensa y Justicia, exclusivamente por su ausencia. Todavía no se jugó.

La duda también se instaló en el arco de San Lorenzo. No alcanzaron los excelentes rendimientos de Sebastián Torrico para convencer al entrenador Diego Aguirre y su grosera falla en el gol que le permitió al humilde Temperley llevarse los tres puntos del Nuevo Gasómetro hace una semana, lo marginó de la titularidad que ahora posee Nicolás Navarro, un trotamundos del arco en el torneo argentino. El mendocino Torrico cumplió 37 años y pelea, desde ya, por recuperar el lugar perdido.

Una situación similar a la que experimentan Boca y River, la viven los clubes cordobeses. Terminado el reinado de Juan Carlos Olave en Belgrano, la dirigencia apostó por Lucas Acosta, que con 18 años menos que Olave (22 contra 40) se puso en el arco y no salió más. En la T, volvieron a confiar en otro joven guardapalos, Guido Herrera, arquero figura en el ascenso de Talleres, pero que con 25 años nunca había actuado en la Primera A.

Vélez la sufrido mucho la ausencia de un arquero estable. Entre Alan Aguerre y Fabián Assmann se han repartido el arco fortinero en el último año y medio. Empezó el primero, lo reemplazo el rubio ex Independiente y tras varias flojas actuaciones, regresó Aguerre, hombre de la casa. Lejos quedaron los tiempos de Barovero, Sebastián Sosa o Peratta y la regularidad de los tres. De Chilavert y sus proezas únicas, mejor ni mencionarlo.

Huracán padece y sufre cada vez que Marcos Díaz no es titular por lesión o suspensión. El santafesino, sin embargo, también tiene sus altibajos. Figura excluyente en un partido, errores que no imaginaba nadie en otro, aunque el balance sea positivo. Estudiantes recuperó a Mariano Andújar, que todavía no alcanzó a mostrar su mejor versión, como si el alejamiento al exterior le hubiera quitado algo de su habitual solidez. En cambio, Gimnasia disfruta enormemente la refrescante presencia de Alexis Martín Arias, el bonaerense de Pellegrini al que hizo debutar Troglio y que no largó más el puesto, asombrando a propios y extraños.

Establecido que Martín Arias (apellido compuesto) es hasta aquí el mejor arquero del torneo con menos de 25 partidos oficiales, también se lo extraña a Fernando Monetti, pero en el arco de Lanús, que perdió un arquero que juega muy bien con los pies y tiene los reflejos de Fillol. El chico no tan chico Esteban Andrada (26 años) se las apaña para custodiar la meta granate. Lo mismo que Rodrigo Rey, formado en River, pero buena figura de Godoy Cruz con 26 años y mucho futuro.

Newell’s recuperó a Luciano Pocrnjic, que encontró su lugar en el mundo –aquel que había soñado una década y media atrás- a sus casi 36 años en el arco del club que lo proyectó al fútbol. En Arroyito, los centralistas han aumentado la confianza en Diego Rodríguez, después de su feo alejamiento de Independiente.

Varios veteranos se han lucido con sus esfuerzos tapando remates rivales: Sebastián Bértoli (40 cumplidos) en el difícil arco de Patronato, Pablo Campodónico (39) cuidando los palos de Aldosivi, Nereo Fernández (38) aquietando al juvenil equipo de Unión. También andan por ahí Luis Ardente (35) y Julio Chiarini (35), habituales figuras del San Martín sanjuanino y el Sarmiento juninense. Lo mismo que Hilario Navarro en Banfield, con 36 años cumplidos.

Queda la pequeña franja de arqueros en la mediana edad para su puesto: Rigamonti (30) en Quilmes, Gabbarini (31) en Olimpo, Broun (30) en Colón, Pellegrino (31)en Arsenal, Arias (29) en Defensa, Matías Ibáñez (30) en Temperley y el recuperado Javier García (30) en Tigre.

Una radiografía difícil de haberla visto en otras épocas.