Los arbitrajes en el fútbol argentino son un problema sin solución. Lejos de los Elizondo y los Pitana que dirigieron finales de mundiales, fin de semana tras fin de semana quedan en el ojo de la tormenta y se pone en duda su capacidad y su honestidad con llamativa normalidad.
Es cierto que no es nada fácil ser autoridad en un país donde siempre se pone bajo de tela de juicio a la justicia en cualquier ámbito y los jugadores, entrenadores e hinchas reclaman absolutamente todo como para hacer más ardua su tarea.
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Y cuando el fútbol se mezcla con la política la cuestión se pone más oscura. Pablo Moyano, al igual que su padre, ya se había quejado de los arbitrajes que perjudicaron a Independiente señalando una mano negra por ser opositores a Mauricio Macri. "Es un tema político del Gobierno nacional. La AFA es un instrumento para perjudicarnos”, había declarado en aquel entonces.
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Y ahora el perjudicado de manera alevosa fue Camioneros en el 0-0 por la ida de la Reválida del Federal A ante Deportivo Maipú. El equipo de los Moyano reclamó una clara mano sobre la línea que el árbitro no vio y desató la furia de Pablo Moyano expresada en su estado de WhatsApp: "Tapia la concha de tu madre, Camioneros no olvida". Pasa en las mejores familias.



