Más allá del atractivo en sí que tiene el duelo entre Vélez y Boca por una pica alimentada los últimos 25 años y por la importancia misma del partido entre dos equipos con chances de pelear el título, muchas miradas en la previa estaban posadas en el regreso de Mauro Zárate a Liniers.
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Si bien el delantero ya había visitado el Amalfitani con la camiseta azul y amarilla, la última vez que se enfrentaron en la Bombonera por la Copa de la Superliga gritó descontrolado un gol en la serie de penales y luego hizo polémicas declaraciones que lejos de bajarle el tono a la enemistad, sólo logró alimentar la bronca de los hinchas fortineros que lo tenían como ídolo y se sintieron traicionados.