Mafalda está con un libro entre las manos y lee: “La FIFA es una organización sin fines de lucro...”. La reacción es inmediata: lanza una carcajada. Un rato después, la niña está sentada a la mesa con su familia y se sigue riendo. Más tarde, en la cama, con todo dispuesto para que duerma, no puede parar la carcajada. Quino lo hizo de nuevo: en cuatro cuadritos y sin una sola palabra explicó lo inexplicable.
La relación que Quino tenía con el fútbol era la misma de Mafalda con su época: muy crítica. El historietista nunca practicó ningún deporte, no le gustaba mirar partidos y apenas fue un par de veces a la cancha. Pero sí le interesaba abordar el fútbol como un fenómeno social.
“El fútbol genera mucha violencia, donde llega a haber muertos, no sé si hay algún otro deporte que genere muertes”, explicó Quino en una entrevista con Santo Biasatti.
Otra de las tiras muestra a un hincha que sale de la cancha desencajado porque el árbitro había perjudicado a su equipo. Cuando llega a la casa encuentra a su pareja en la cama con el amante, pero el tipo ni reacciona, no puede salir de su estado de furia, entonces a los gritos les explica a los dos de qué manera habían bombeado a su equipo y se irrita por la ceguera del árbitro que no vio un penal clarísimo. Ese es otro de los temas que a Quino le llamaban la atención: la enajenación de los hinchas. Y lo mostraba a su manera, con sarcasmo, a partir del absurdo.
Hincha de Independiente
A pesar de que para Quino el fútbol era un fenómeno social más que un deporte, tenía cierta simpatía por un equipo. Lo dijo en la entrevista con Biasatti. “Mi equipo preferido son los Diablos Rojos de Avellaneda”, confesó. Pero al momento de explicar el porqué de la elección no mencionó una gran campaña del Rojo, un equipo memorable o un jugador exquisito. “En Mendoza está el club Independiente Rivadavia -señaló-, y me cayeron simpáticos por la cercanía con el nombre”.
Este 30 de septiembre de este interminable 2020 se fue uno de los personajes más talentosos de la cultura nacional. Un dibujante lúcido, con una mirada sencilla pero profunda. Un historietista sagaz, con la capacidad de sintetizar en unos pocos cuadritos el más complejo de los temas. Murió Quino. Quedan sus inolvidables personajes y esa visión descarnada para reflejar las miserias del fútbol.