Gustavo Alfaro fue presentado este miércoles como nuevo entrenador de la selección de Ecuador. Debutará ante la Selección argentina en la Bombonera por la primera fecha de las Eliminatorias sudamericanas. En una rueda de prensa a través de zoom, el nacido en Rafaela se refirió a su última experiencia laboral, Boca.
Alfaro volvió a involucrar a la política nacional como causa de su alejamiento del Xeneize. Llegó al club a comienzos de 2019 y dejó el cargo el 31 de diciembre de ese año, tras la llegada al gobierno de Jorge Amor Ameal.
"Se metió la política del país y jugó en la política interna también. Si de pronto no hubiese habido elecciones en Boca, tal vez yo estaría dirigiendo Boca en este momento", expresó Alfaro en diálogo con la prensa de Ecuador.
En diciembre, la fórmula oficialista encabezada por Christian Gribaudo cayó en las elecciones ante los opositores, liderados por Ameal, que contaban con la presencia de Juan Román Riquelme. El méximo ídolo del club es hoy el líder del Consejo de Fútbol. Él decidió no renovarle el contrato Alfaro y apostó por un segundo ciclo de Miguel Ángel Russo.
"No se pudo dar (su continuidad en el club) por cuestión de elecciones. Yo había dicho antes que si de pronto el presidente Daniel Angelici o Nico Burdisso se iba, yo me iba con ellos. Nobleza obliga, uno tiene que ser consecuente con la gente que lo llevó a un determinado lugar", agregó Alfaro.
Ameal está identificado con el Frente de Todos. De hecho, fue la apuesta del kirchnerismo para sacar al macrismo de Boca luego de más de dos décadas de dominio ininterrumpido. Gribaudo, hombre de Daniel Angelici, era el candidato elegido por la fuerza política que lidera Mauricio Macri para prolongar su poder político en la institución.
AM