miércoles 04 de diciembre del 2024
Análisis

El silencio de los inocentes y el caso Tevez

Sin haber dado el puntapié inicial, ya hay grandes disputas por el retorno al fútbol en la Argentina y un silencio atronador que llama la atención.

Cuando sos futbolista profesional, te pensás invulnerable. Uno se cree duro y resistente. Sentís que hagas lo que hagas, nada te daña. Es el fútbol, el que te educa con la lógica del “no pain, no gain”: hay que sufrir para ganar. Crecí pensando que tenía que dejarlo todo adentro de la cancha. Empujar los límites. Lesionarme, si era necesario, con la mentalidad de volver más fuerte. Y te lo crees porque si llegaste hasta ahí, es porque te la bancás. Porque superaste muchas cosas y vas a superar más. Caerse y levantarse. Caerse y levantarse. Así te educan.

El futbolista es inconsciente, en parte, también por desconocimiento. En su mayoría, de orígenes humildes, muchos abandonan rápidamente los estudios para cumplir el sueño de ser jugador. No son culpables, son víctimas de un sistema explotador que no los contiene, donde históricamente no se hizo un esfuerzo sincero por acompañarlos en el proceso de escolarización. Para sostener una carrera dual, en el fútbol y en la escuela, no alcanza con la voluntad propia, requiere también de contención familiar, social e institucional. Hay loables excepciones pero individuales y esporádicas.

Parte de esa ignorancia conceptual se percibe en estos momentos, donde la Argentina bate récords de muertos. En marzo, cuando en nuestro país no había transmisión comunitaria, en su gran mayoría, los futbolistas tenían miedo de jugar por lo que veían en Europa y ahora, cuando las estimaciones son coincidentes con que el pico en América Latina es en agosto, muchos de ellos están desesperados por volver a los entrenamientos.

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La reunión en Casa Rosada entre Claudio Tapia, Ginés González García, Santiago Cafiero y Matías Lammens por la vuelta del fútbol.

 

La lógica del sufrir para ganar, que puede ser útil para ser profesional, sumado a un limitado nivel socio-cultural-educativo puede transformarse en un cóctel explosivo para lidiar con el COVID-19. El futbolista de élite es un grupo poblacional especial: son jóvenes entrenados, poco vulnerables frente al virus y con niveles bajísimos de morbilidad, pero con un enorme nivel de exposición y posibilidades de transmitir la enfermedad. Son viajeros frecuentes. Conviven en grupos. Entran en contacto con mucha gente. Pueden convertirse fácilmente en superdiseminadores. Los que van a sufrir no son ellos, serán sus familias: padres, tíos y abuelos. Y ahí la noticia ya no sería como en el caso del padre de Carlos Tevez, contagiado en un nosocomio y debido a un tratamiento, sino por contacto estrecho entre el jugador y sus convivientes.

Esta situación exige que las autoridades deportivas y sanitarias presten especial atención y den cumplimiento a controles y guías que ya se llevaron adelante para el retorno a la actividad en varias partes del mundo

Por ejemplo, “Elite sport return to training guidance” es la guía que instrumentó el gobierno británico para el retorno de las competencias de elite. Lo aplicó la Premier League, el equivalente a la Liga Profesional Argentina. El texto tiene varias fases y están bien delimitadas las recomendaciones y responsabilidades. Un modelo conveniente para tenerlo presente como referencia y organizar de manera más efectiva la atención. Las siguientes son algunos de los lineamientos más importantes:

  • Cada institución debe nombrar a un responsable administrativo institucional (no médico) como un oficial de COVID-19, quien será responsable del contacto y la supervisión de las evaluaciones de riesgo de COVID-19.
  • Cada plantel debe tener un oficial médico COVID nombrado, familiarizado y capacitado con la evidencia emergente relacionada con la patología post-COVID-19, del cual se espera que:
  1. Lidere el manejo de casos sospechosos o confirmados de COVID-19 y actúe de acuerdo a los protocolos del deporte y la orientación gubernamental.
  2. Tengan a su cargo la supervisión médica del regreso al entrenamiento de cualquier atleta con casos sospechosos o confirmados de COVID-19.
  3. Acompañe al oficial administrativo COVID con cualquier aspecto médico del proceso de evaluación y mitigación de riesgos.
  • Cada deporte que vuelve a entrenar deben preparar una evaluación de riesgos y un plan de mitigación frente a los casos que todas las instituciones debe cumplir e incluye:
  1. Asegurarse de que antes de la reanudación del entrenamiento, todos los atletas y el personal sean evaluados por mecanismos de laboratorio (PCR). Y continúen siéndolo de manera frecuente y periódica una vez comenzado. En la Premier League fue cada 72 horas, en la MLS norteamericana día por medio y en varios países latinoamericanos una vez por semana (72 horas antes de jugar).
  2. Definir cómo se realizará el triage diario de los síntomas de COVID-19 antes de cada entrenamiento.
  3. Protocolizar cómo actuar ante cualquier persona que se vuelva sintomática en el lugar de acuerdo con las pautas gubernamentales.
  4. Delimitar cómo es el regreso a la actividad desde el aislamiento debido a contacto estrecho, casos sospechosos o confirmados de COVID-19.
  5. Asegurar el acceso al equipo de protección personal (EPP) y la capacitación para su uso.
  6. Capacitar y cumplir con la limpieza y desinfección adecuada.

Sorpresivamente, el futbol de Primera División anticipó su retorno y están todos habilitados para comenzar las actividades el 10 de agosto. Tenía un protocolo básico de comienzo, avalado por el Dr. Pedro Cahn y distintos profesionales médicos del fútbol, pero todavía no empezó la actividad y ya hay disputas sobre los alcances a tener en cuenta. Los cuerpos médicos se pusieron en alerta. Algunos clubes como Boca y River, por su cuenta, ya se prepararon para manejar alternativas complementarias y otros están analizando cómo continuar.

El incumplimiento de los livianos protocolos escritos y el sálvese quien pueda, donde los equipos grandes financien sus propios estudios, y los no tan grandes sufran las carencias, es el peor escenario para los futbolistas. Por el momento, nadie habló. Increíblemente, tampoco lo hizo el gremio, que sigue brillando por su ausencia. El silencio de tibios e inocentes.  

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