jueves 28 de marzo del 2024
Análisis

Gallardo, las contradicciones y la desnudez del fútbol

Brillante como pocos aunque, por momentos, contradictorio, el entrenador de River puso sobre el tapete la gran pelea que se viene. ¿Serán los protagonistas lo suficientemente fuertes para desbaratar la movida pauperizadora sin descensos de la dirigencia?

“Cambiaré de idea tantas veces como adquiera conocimientos nuevos” afirmó el naturalista argentino Florentino Ameghino y vaya si Marcelo Gallardo cambió de idea. Un par de horas después de que el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) dijera que no habría fútbol hasta que el país, en su totalidad ingrese a Fase 4, algo que con suerte pasará en septiembre, el entrenador explotó y salió a decir la verdad que nadie decía: el rey fútbol está desnudo.

"Me replanteo todo, porque no me gusta ir improvisando sobre la marcha cómo se está haciendo. Mi idea es seguir, pero no sabemos cuándo vamos arrancar. Es una incertidumbre total" sentenció con asidero en declaraciones realizadas al programa "De una" de Radio La Red (AM 910). El fútbol argentino es una incertidumbre. No se sabe qué pasa con los ascensos, tampoco si se mantiene firme la idea de suprimir los descensos. A tal punto llegó la incoherencia que las diferencias hay que resolverlas en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), donde San Martín de Tucumán (y a regañadientes Atlanta) dirimirá su suerte de ascenso.

Gallardo explota y se justifica con una razón sustentable: “Hubo mucho silencio en este tiempo y eso me generó una gran indignación. Si nadie se manifiesta, debe haber un pacto entre los dirigentes de AFA para ir en la misma sintonía". La actividad lleva noventa días detenida con los protagonistas encerrados en sus casas y sin ninguna respuesta. Para colmo, los representantes que deberían defender sus intereses están escondidos. En las categorías del ascenso la situación es acuciante: cuanto menor es el nivel de la categoría, mayores son las penurias económicas. Las historias de futbolistas viviendo de changas o pedaleando un Uber se multiplican. Nadie está dando respuestas.

Gallardo explota y pone en discusión el escenario futuro: “Todo me hace creer que el fútbol no se va a activar a corto o mediano plazo. El fútbol argentino se viene devaluado desde que en los últimos años se cambia el formato permanentemente. No están visualizando el día después. Quiero discutir el tema y me contestan: después vemos. Nadie piensa a futuro pero hay que pensar en cuáles van a ser las consecuencias de la falta de entrenamientos".

Gallardo explota con razón y al exponerse se contradice: “No tengo miedo a las represalias. Por ejemplo, cuando no jugamos con Atlético Tucumán se pusieron en fila para pegarnos". Ahora se comprende que el fútbol no debería haber parado en marzo. En ese entonces, no había circulación comunitaria de COVID-19. Lo mejor hubiese sido continuar en actividad implementado los protocolos que ahora se reclaman. El riesgo de contagio es mayor ahora que cuando no se presentaron contra los tucumanos.

Gallardo explota e interpela Ginés González García sobre los permisos otorgados para funcionar a otras actividades no esenciales y no al fútbol: "Me gustaría que el ministro de Salud explique cómo puede funcionar una industria con 500 empleados, pero no puede entrenarse un grupo reducido de jugadores, bajo un protocolo”.

Gallardo explota y finalmente, como en el cuento de Hans Christian Andersen, se escucha entre la muchedumbre en voz alta y clara: “El fútbol argentino está desnudo”.

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